La Administración Federal de Estados Unidos (FAA) ha reforzado una directiva de aeronavegabilidad y ha ordenado a aerolíneas y operadores que lleven a cabo inspecciones adicionales en los componentes de las puertas de 1.924 aviones Airbus A320, con el fin de detectar posibles grietas en estas piezas.
Según la actualización normativa, estas revisiones serán obligatorias para toda la familia A320 a partir del 13 de enero y se aplicarán de forma generalizada. El objetivo, de acuerdo con la orden citada por “Bloomberg”, es “solucionar la condición insegura de estos productos”.
Esta nueva exigencia regulatoria llega en un momento delicado para Airbus, que en los últimos días se ha enfrentado a incidencias relacionadas con el software y a sospechas de fallos de calidad en el fuselaje de algunos aparatos. El 28 de noviembre, el fabricante europeo comunicó la detección de un problema en el software de determinados modelos de la familia A320, que afectaba a unos 6.000 aviones y que obligó a aplicar una actualización urgente.
La necesidad de corregir ese fallo informático provocó cancelaciones y suspensiones de vuelos en varias compañías que operan estos aparatos. Poco después, apenas un par de días más tarde, Airbus informó de que debía revisar cientos de A320 ante la posibilidad de que hubiese paneles defectuosos en el fuselaje, lo que añadió presión a su cadena de producción.
Como consecuencia de estas incidencias y de las inspecciones adicionales, el grupo aeronáutico se vio forzado a recortar su objetivo anual de entregas para 2025, que ahora sitúa en torno a 790 aviones comerciales, unos 30 menos que la previsión anterior. Este ajuste refleja el impacto de las revisiones técnicas y de los controles de calidad adicionales.
No obstante, pese a la reducción en el número de entregas previstas, Airbus ha decidido mantener sin cambios sus proyecciones financieras. La compañía sigue apuntando a un resultado neto de explotación (Ebit) ajustado cercano a 7.000 millones de euros y a un flujo de caja libre antes de la financiación de clientes de alrededor de 4.500 millones de euros, lo que indica que confía en absorber el efecto de estas medidas sin alterar sus metas económicas.
