Ante el crecimiento en los casos de gripe aviar en el territorio nacional, el Gobierno ha transmitido un mensaje de «tranquilidad» y «serenidad», subrayando su colaboración estrecha con los profesionales del sector para controlar y prevenir la propagación de la enfermedad.
«El primer mensaje de serenidad y de tranquilidad, pero al mismo tiempo de rigor, porque tanto el Gobierno como el propio sector están siguiendo muy de cerca y muy de la mano la evolución de la situación», declaró Pilar Alegría, portavoz del Gobierno y ministra de Educación, en la conferencia de prensa después del Consejo de Ministros.
En esta línea, las autoridades nacionales y las comunidades autónomas están implementando medidas conjuntas para frenar la expansión de la enfermedad, tras el sacrificio de dos millones de gallinas ponedoras.
«Garantizo esa serenidad y tranquilidad, porque el Gobierno está trabajando muy de la mano con el sector para poner y adoptar todas las medidas que fueran necesarias», enfatizó Alegría.
Desde ayer, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha ordenado el confinamiento de aves en cerca de 1.200 municipios para contener el virus de la influenza aviar, ante el aumento de riesgo observado esta semana debido a la proliferación de casos en Europa, principalmente en aves silvestres, los desplazamientos migratorios y la caída de las temperaturas.
Se establecieron restricciones en zonas de alto riesgo y vigilancia, incluyendo la prohibición de usar aves de los órdenes anseriformes y charadriformes como cebo o criar patos y gansos junto con otras aves de corral. Además, se prohíbe la cría de aves de corral al aire libre, aunque, en casos donde no sea posible, se podrá permitir mediante dispositivos que prevengan el acceso de aves silvestres.
En este contexto, se deben tomar precauciones adicionales como alimentar y dar agua a las aves en espacios cerrados o protegidos para evitar el contacto con aves silvestres. Igualmente, queda prohibido el uso de agua de depósitos accesibles a aves silvestres, a menos que sea tratada para inactivar posibles virus.
El resto del territorio debe aumentar la bioseguridad en las granjas avícolas, evitar el contacto con aves silvestres, intensificar la vigilancia y notificar cualquier sospecha de enfermedad a las autoridades veterinarias oficiales.
