La subgobernadora del Banco de España, Soledad Núñez, ha expresado su oposición a reducir "en exceso" el conjunto de compañías que en Europa están sujetas a la obligación de realizar el 'reporting' financiero en materia de sostenibilidad, al considerar que una rebaja demasiado amplia no contribuiría a avanzar en la transición hacia una economía más sostenible.
Durante su intervención en la II Jornada de Finanzas Sostenibles, organizada por “El País” y Acciona, Núñez ha subrayado que, para abordar de forma adecuada los desafíos vinculados a la financiación 'verde', resulta "fundamental" disponer de marcos de reporte y divulgación "claros y comparables" que permitan evaluar correctamente los riesgos y oportunidades.
En su discurso, ha recordado que el Consejo y el Parlamento europeo han alcanzado un acuerdo provisional para simplificar el esquema de 'reporting' de sostenibilidad, lo que implica rebajar determinados umbrales —entre ellos, el relativo al número de empresas obligadas a elaborar estos informes— y aligerar algunos de los requerimientos de información que se exigen actualmente.
No obstante, ha advertido de que este proceso de simplificación —un propósito que ha calificado de "loable y necesario"— debe estar "bien instrumentalizado" para evitar que se desvirtúe el objetivo último de la transparencia y de la recopilación de datos, que es "facilitar las decisiones de inversión y mejorar la gestión de los riesgos climáticos" por parte de los distintos agentes del sistema financiero.
"Por ello, reducir en exceso el número de empresas obligadas a reportar datos no ayudará a la consecución de los objetivos que estamos persiguiendo, sobre todo en un momento en el que muchas de ellas ya habían hecho el esfuerzo de establecer mecanismos para su recolección y almacenamiento", ha señalado en la apertura de la jornada, recordando el coste y el tiempo que estas compañías ya han invertido en adaptar sus sistemas internos.
Núñez ha puesto el acento, además, en la necesidad de avanzar hacia "mejores datos, herramientas analíticas y colaboración entre supervisores, bancos centrales y entidades financieras". Según ha indicado, "solo con información granular y fiable sobre riesgos, exposición y vulnerabilidad podremos realizar análisis de estrés y escenarios robustos" que permitan evaluar de forma rigurosa el impacto del cambio climático sobre la estabilidad financiera.