El gobernador de la Reserva Federal (Fed) Stephen Miran sostuvo este lunes que los tipos de interés se están manteniendo en niveles excesivamente elevados por culpa de la “inflación fantasma”, y reiteró su defensa de un recorte del precio del dinero de medio punto, en contraste con el ritmo actual de reducciones de 25 puntos básicos.
“Estamos manteniendo los tipos de interés demasiado altos debido a la inflación fantasma de las comisiones por asesoramiento de cartera”, declaró durante una intervención en la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde expuso su análisis sobre la evolución de los precios en Estados Unidos.
Miran planteó la necesidad de recalcular la inflación subyacente dejando fuera el componente de gestión de carteras. Con este ajuste, el índice de precios de gasto de consumo personal (PCE) se situaría en el 2,6%, es decir, dos décimas por debajo del 2,8% registrado en septiembre.
Asimismo, explicó que, si además se excluyera el impacto de la vivienda, el PCE se reduciría aún más, colocándose por debajo del 2,3%, “dentro del rango de ruido previsto para el objetivo [de estabilidad del 2%]”.
El gobernador rechazó las críticas que le acusan de elegir los datos de forma interesada para justificar su postura a favor de recortes más agresivos y subrayó que ya existen otros subíndices de inflación que excluyen todavía más partidas de precios que el indicador que él propone.
Miran, designado para el cargo por Donald Trump con el objetivo de impulsar rebajas más profundas de los tipos, fue el único la semana pasada en votar a favor de reducir la tasa de referencia en 50 puntos básicos, frente a la mayoría que optó por un recorte de solo un cuarto de punto, entre ellos otros dos gobernadores cercanos a Trump, Michelle Bowman y Christopher Waller.
Por el contrario, dos miembros del máximo órgano de decisión de la Fed, el presidente de la Fed de Kansas City, Jeffrey Schmid, y el responsable de la Fed de Chicago, Austan Goolsbee, se opusieron a cualquier cambio en los tipos, alegando sus inquietudes por la persistencia de las presiones inflacionistas.