Economía

España insiste en la urgencia de cerrar el acuerdo vital con Mercosur pese a las reservas de Francia

España reclama cerrar este año el acuerdo “vital” con Mercosur, pese al bloqueo de Francia y en plena tensión agrícola en la Unión Europea.

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España insiste en la urgencia de cerrar el acuerdo vital con Mercosur pese a las reservas de Francia

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El secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, ha reiterado este martes en Bruselas la “urgencia” de que la Unión Europea concluya cuanto antes el proceso para aprobar el acuerdo de libre comercio negociado con los países de Mercosur, un pacto calificado de “vital” y que España confía en que pueda firmarse antes de que termine el año, pese al nuevo aplazamiento reclamado por Francia.

“Nunca se han dado unas circunstancias tan favorables y que expliquen de una manera tan clara la urgencia y la necesidad para suscribir ese acuerdo con Mercosur”, ha señalado Sampedro ante los medios a su llegada al Consejo de Asuntos Generales de la UE.

El responsable español ha evitado pronunciarse sobre si un retraso en la firma podría poner en riesgo el propio acuerdo, como temen en varios países del Cono Sur, pero ha recalcado que, en cualquier caso, su aprobación debe ser una “prioridad” para el conjunto de la Unión.

“En este contexto internacional, la prioridad de la Unión Europea en su conjunto de cerrar este acuerdo es vital. Así que esperamos que así sea”, ha insistido.

La Comisión Europea ya advirtió el lunes, por medio de un portavoz, de que el pacto con Mercosur es “vital” y expresó su confianza en que pueda rubricarse antes de que acabe el año. Brasil, que el sábado será anfitrión de una cumbre de Mercosur, trabaja con el escenario de que las partes suscriban el texto ese mismo día en una ceremonia paralela a la cita.

Sin embargo, este calendario depende de que el Consejo, es decir, los gobiernos de los Veintisiete, complete aún varios trámites para su adopción, entre ellos una votación que requiere mayoría cualificada de los Estados miembro.

Si los gobiernos dan su aval, el acuerdo podría aplicarse de forma provisional ya a comienzos de 2026, sin esperar a que el Parlamento Europeo emita su dictamen para la ratificación definitiva, un proceso que se prevé más largo.

La presidencia rotatoria de la UE, que este semestre ostenta Dinamarca, mantiene la intención de someter el voto a los embajadores de los Veintisiete esta misma semana, aunque ello está condicionado a que las salvaguardas propuestas por la Comisión Europea para compensar a los agricultores más expuestos superen primero una votación este martes en el pleno de la Eurocámara, requisito previo para la aprobación formal de estos apoyos por parte de los Estados miembro.

Si ese primer trámite sale adelante, los gobiernos y el Parlamento Europeo podrían dar su visto bueno definitivo a las salvaguardas al día siguiente, lo que despejaría el camino para que los embajadores de los 27 adopten la decisión que permitiría a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, junto al presidente del Consejo Europeo, António Costa, desplazarse a Brasil y firmar el acuerdo en una ceremonia el sábado, al margen de la cumbre de Mercosur.

Rechazo de Francia y división en la UE

Francia, que históricamente ha mostrado una fuerte oposición al tratado comercial por el posible impacto sobre su sector agrario y que en los últimos años ha exigido también mayores compromisos en materia de lucha contra la deforestación y el cambio climático a los países de Mercosur, ha reiterado este fin de semana que considera que aún no “darse las condiciones” para que la UE autorice el pacto y ha pedido un nuevo retraso.

La postura francesa choca frontalmente con la de otros socios como Alemania y España, que destacan la oportunidad de un acuerdo “crítico” para la economía europea y clave en los nuevos equilibrios multilaterales; mientras que desde el Cono Sur advierten de que, si se desaprovecha esta ocasión, no seguirán esperando y buscarán pactos equivalentes con otras grandes potencias.

“Francia pide que se retrasen los plazos para poder seguir trabajando en la obtención de medidas legítimas de protección para nuestra agricultura europea”, avisó el primer ministro galo, Sebastien Lecornu, en una declaración oficial difundida el domingo.

Pese a su influencia, el Ejecutivo de Emmanuel Macron no puede bloquear en solitario la adopción del acuerdo, que se decide por mayoría cualificada (al menos 15 Estados que representen el 65% de la población de la UE) y que hasta ahora no ha logrado reunir suficientes apoyos en contra para conformar una minoría de bloqueo, a pesar de las reservas de Polonia e Italia, las dudas de países como Austria y la obligación de Bélgica de abstenerse ante la falta de consenso interno.

En este contexto, la posición del Gobierno de Giorgia Meloni puede resultar decisiva para inclinar la balanza hacia la mayoría favorable o hacia la minoría de bloqueo. Aunque meses atrás Roma dio señales de aceptar las salvaguardas planteadas, las protestas del campo han reavivado las dudas y en Bruselas persiste la incógnita sobre cuál será finalmente su voto si la decisión se somete esta semana al Consejo, mientras fuentes diplomáticas apuntan a contactos constantes a todos los niveles para encajar las últimas exigencias italianas.

Todo ello se produce en una semana especialmente tensa para la Unión Europea, marcada por una gran manifestación del sector agrícola de todos los Estados miembro convocada para este jueves en Bruselas contra los recortes previstos en la Política Agraria Común (PAC) del próximo marco presupuestario posterior a 2027. Ese mismo día, además, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebran su tradicional cumbre de diciembre en la capital comunitaria, con Ucrania y el futuro presupuesto europeo como asuntos centrales de la agenda.