En los próximos diez años, España necesitará sumar 2,4 millones de trabajadores a su fuerza laboral para mantener su producción actual, y se prevé que la mayoría de estos puestos serán cubiertos por migrantes, dada la esperada disminución de la población local en edad laboral. Por ello, el grupo de personas migrantes será “esencial” para responder a estas necesidades laborales.
Esta información se desprende del estudio ‘Realidad Migratoria en España’, realizado por el Consejo Económico y Social (CES) y entregado recientemente por Antón Costas, presidente del CES, a Elma Saiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Según el documento, ocho de cada diez individuos que han llegado a España en este siglo se han integrado en el mercado de trabajo.
LA POBLACIÓN MIGRANTE, «ESENCIAL» PARA SOSTENER EL EMPLEO Y PENSIONES
El informe del CES subraya que los migrantes ya constituyen una quinta parte de la población residente en España y son «esenciales» para propulsar el crecimiento económico, el empleo y las pensiones. De acuerdo con los últimos datos de la Seguridad Social, los trabajadores extranjeros representan el 7,4% del total de afiliados en Asturias, el 10,4% en Castilla y León y el 7,1% en Galicia, destacando su papel crucial en las regiones con mayores desafíos demográficos.
Actualmente, más de 3,1 millones de extranjeros están empleados en España, un millón más que en 2018, y las mujeres constituyen ya el 43% del total de trabajadores foráneos, con 1.335.794 afiliadas.
Además, el empleo extranjero en Régimen General ha aumentado un 7,3% en el último año, y los trabajadores autónomos extranjeros han alcanzado un máximo histórico con 494.246 personas (+6,6%). Los empleos de alta cualificación han experimentado un incremento del 27% en el sector de la información y las comunicaciones y un 18,8% en las profesiones científicas y técnicas. En total, desde 2019, tres de cada cuatro nuevos empleos han sido ocupados por migrantes.
