La secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, María González Veracruz, ha expresado su apoyo a las normativas de la Unión Europea relacionadas con los servicios y mercados digitales frente a las advertencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha sugerido incrementar los aranceles a los países que no deroguen dichas regulaciones. Trump argumenta que estas normas son dañinas para las empresas tecnológicas de su país.
«El Gobierno de España tiene muy claro cuáles son nuestros principios de protección de la ciudadanía en el ámbito digital. Creo que somos un referente, no solo en el ámbito de los derechos digitales en general, sino, por ejemplo, en la protección de los menores. Para nosotros es irrenunciable, por ejemplo, la Digital Service Act (la DSA o Ley de Servicios Digitales de la UE)», declaró González Veracruz durante la apertura del ‘Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones’ organizado por Ametic y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
«Vamos a seguir manteniendo en Europa una posición clara, no solo de regulación, como hacemos en el caso de la inteligencia artificial, sino de traslado de los derechos fundamentales, de los valores europeos, al nuevo ámbito de convivencia que supone la sociedad digital», añadió.
La semana pasada, Trump amenazó con imponer nuevos y «sustanciales» aranceles, así como restringir sus exportaciones de chips, a los países que mantengan las tasas o regulaciones digitales que considera perjudiciales para las compañías tecnológicas estadounidenses.
«Advierto a todos los países con impuestos, legislación, normas o regulaciones digitales que, a menos que se eliminen estas acciones discriminatorias, (…) impondré aranceles adicionales sustanciales a las exportaciones de ese país a Estados Unidos e implementaré restricciones a la exportación de nuestra tecnología y chips altamente protegidos», expresó Trump en su plataforma Truth Social.
Trump sostuvo que las normativas digitales «están diseñados para perjudicar o discriminar la tecnología estadounidense», sin ofrecer más explicaciones, y criticó que algunos países «de manera escandalosa, dan carta blanca a las mayores empresas tecnológicas de China». «Esto debe terminar, y debe terminar ya», concluyó.