En 2024, España acogió a cerca de 94 millones de visitantes internacionales, lo que representa un incremento del 12,3% en relación con 2019, antes de la pandemia. Este crecimiento supera en casi cuatro puntos porcentuales a la tasa de aumento registrada en los países mediterráneos europeos (+8,6%) y se sitúa significantemente sobre el promedio de Europa (+1,6%).
El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, destacó estos datos en un discurso sobre la influencia del turismo en el vigor reciente de la economía, durante los cursos de verano La Herrería.
Escrivá mencionó varios factores que contribuyen a este dinamismo, incluyendo una diversificación temporal en los flujos turísticos. Por ejemplo, las pernoctaciones de turistas internacionales en hoteles aumentaron más durante la temporada baja que en el verano, comparando el año anterior con el período 2016-2019. En marzo de 2024, las estancias incrementaron un 18,7% en comparación con los años antes de la pandemia, seguido por febrero y noviembre, con aumentos del 16% y casi 14%, respectivamente.
Además, ha habido una mayor diversificación geográfica en los destinos, con un notable aumento de pernoctaciones en autonomías como Cantabria, Navarra o La Rioja, y en regiones del interior, en contraposición a áreas turísticas más tradicionales como las islas o Cataluña, que han crecido más lentamente.
En cuanto a los cambios en la procedencia de los turistas entre 2024/2022 y 2002/2004, los principales mercados emisores han mostrado una disminución en el número de viajeros hacia España, con el Reino Unido perdiendo nueve puntos y Alemania, cinco. Sin embargo, se ha observado un incremento de visitantes de Estados Unidos y otros países, lo que implica un mayor gasto turístico por persona o estancias más prolongadas.
Se ha registrado también un aumento en la calidad de la oferta hotelera, con las plazas en establecimientos de 4 y 5 estrellas creciendo de un tercio a más de la mitad del total (56%) en 20 años, cuando en 2004 representaban solo el 36%.
Escrivá también señaló varios factores, de naturaleza estructural o cíclica aún por estudiar, que han fomentado el turismo al Mediterráneo en general y a España en particular. Entre estos se incluyen un crecimiento en el gasto de los hogares en vacaciones, una disminución de los cuellos de botella en el mercado laboral, especialmente en sectores de alta demanda como la hostelería, y un mejor posicionamiento geopolítico favorable para el sur y oeste de Europa.
Finalmente, el gobernador advirtió que el sector turístico enfrenta varios desafíos, algunos compartidos con la economía española en general, como la falta de mano de obra, la adaptación al cambio climático, el impacto en el mercado de la vivienda y los retos en la gestión de infraestructuras.