Los europeos ven como estratégico estrechar la relación con China y piden una postura más contundente frente a Estados Unidos y las grandes tecnológicas, según el informe “European Tech Insights 2025” elaborado por el Center for the Governance of Change de IE University.
Este observatorio anual, sustentado en más de 3.000 encuestas realizadas en diez países, constata un repunte de 15 puntos desde 2023 en el respaldo a reforzar los vínculos con China y perfila una Europa abierta a la innovación, pero empeñada en que el avance tecnológico se apoye en valores humanos y en el bienestar social.
El estudio indica que el 71% de los ciudadanos prefiere destinar recursos públicos a educación y sanidad antes que a impulsar la competitividad en inteligencia artificial, y que un 51,5% opina que la tecnología contribuye a acercar a las personas.
Paralelamente, un 53% se opone a elevar el gasto en defensa si ello implica reducir la inversión en proyectos sociales, algo que, según los autores, evidencia la prioridad que la población otorga a la protección social frente a otras partidas presupuestarias.
En el ámbito de la inteligencia artificial, el informe detecta un rechazo contundente a su aplicación en áreas que requieren juicio ético: el 77% se muestra en contra de utilizarla en la educación infantil, el 81% no confiaría en la IA para la gestión de sus finanzas y el 90% prefiere rendir cuentas ante un jefe humano antes que ante un sistema automatizado. Los investigadores del CGC interpretan estas cifras como una demanda de tecnologías alineadas con los valores humanos y con mecanismos claros de rendición de cuentas.
En el terreno geopolítico, el estudio confirma que la mayoría de la ciudadanía continúa considerando a Estados Unidos un socio estratégico, pero también revela una mayor apertura hacia China y la voluntad de que Europa refuerce su papel internacional frente al peso estadounidense y la influencia de las grandes compañías tecnológicas.
Casi cuatro de cada diez participantes abogan por que la UE adopte una posición más firme ante Washington y las “big tech”, mientras que el apoyo a intensificar las relaciones con China llega al 39% entre los menores de 25 años.
La soberanía tecnológica y en defensa gana igualmente relevancia en la opinión pública: el 63% de los europeos se inclina por tecnologías de seguridad producidas en Europa aunque resulten más caras, y el 72% defiende que los datos sensibles se almacenen únicamente en servidores ubicados en territorio europeo.
Casi la mitad de los encuestados, un 47%, acepta incrementar el gasto en defensa aun cuando ello suponga recortes en programas sociales, algo que los autores interpretan como una muestra de la voluntad de reforzar la capacidad, la seguridad y la autonomía del continente.