EY Insights y Esade EcPol proyectan un avance del 2,9% del PIB en 2025 y prolongación del impulso económico

EY Insights y Esade EcPol prevén que el PIB español crezca un 2,9% en 2025 y que el impulso económico continúe en 2026 pese a un entorno de riesgos elevados.

Archivo - La bandera de España en una visual de los tejados de Madird desde la Torre Colón. Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

EY Insights y Esade EcPol calculan que el Producto Interior Bruto (PIB) de España cerrará 2025 con una expansión del 2,9%, más del doble que la media de la eurozona, y apuntan a que la actividad económica arrancará 2026 con un tono aún dinámico pese al aumento de los riesgos.

Según el modelo de seguimiento y previsión en tiempo real de EY Insights y Esade EcPol, “RealTimeTracker”, el PIB habría registrado en el cuarto trimestre de 2025 un incremento trimestral del 0,7%, un ritmo muy similar al observado de media en los cuatro trimestres precedentes.

El mismo indicador adelanta, a partir de datos todavía muy parciales, una ligera aceleración en el primer trimestre de 2026, hasta el 0,8%, lo que sugeriría que el dinamismo de la economía española “se mantendría a corto plazo”.

En el crecimiento del 0,7% del cuarto trimestre de 2025 habrían influido de forma positiva los índices de cifra de negocio de la mayoría de las ramas de servicios, mientras que los expertos detectan señales dispares en los indicadores de confianza e inversión, junto con una contribución algo negativa de algunos indicadores de demanda, de oferta y del mercado laboral.

Con este comportamiento, el perfil de crecimiento para el conjunto de 2025 sitúa la previsión anual del PIB en el 2,9%, siete décimas por encima de lo que se anticipaba a comienzos de año y más del doble del avance esperado en la eurozona, “lo que confirmaría la resistencia relativa de la economía española y su capacidad para sortear un balance de riesgos elevados”.

El PIB en 2026 se situaría en torno al 1,9%

El incremento del 2,9% previsto para 2025 permitiría, según el informe, sostener un tono relativamente favorable también en 2026. El efecto arrastre se calcula en el 1,1% (crecimiento que se obtendría en 2026 aunque el PIB permaneciera plano el resto de trimestres) y, si finalmente se confirma el avance del 0,8% en el primer trimestre de 2026, el crecimiento anual de ese ejercicio rondaría un 1,9% “garantizado” (sin avances trimestrales adicionales durante el año).

En consecuencia, la visión sobre 2026 se considera por ahora “favorable”, en línea con las proyecciones actualmente disponibles (2,0% FMI, 2,1% Panel de Funcas, 2,2% OCDE y 2,3% Comisión Europea), aunque con una senda de moderación respecto al dinamismo observado en los últimos ejercicios, de acuerdo con las conclusiones del estudio.

Para el próximo año, el informe contempla como factores de riesgo persistentes a corto plazo las tensiones geopolíticas, la creciente fragmentación del comercio internacional y de los mercados financieros, las presiones sobre los mercados de deuda soberana y las elevadas valoraciones de los activos de riesgo.

Todo ello implicaría que la economía española tendrá que desenvolverse en 2026 en un entorno de riesgos muy parecido al de 2025, con la posibilidad de que se intensifiquen las vulnerabilidades frente a choques externos, en un contexto de repunte de la inflación y de márgenes de actuación limitados por la parálisis interna en materia presupuestaria y legislativa.

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