La Federación Española de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) ha evolucionado para convertirse en una organización patronal de alojamiento de corta estancia en España, con el fin de representar tanto a los apartamentos turísticos como a las ofertas no turísticas de arrendamientos temporales como ‘flexliving’, ‘coliving’ o ‘cohousing’, agrupando a diversas asociaciones, federaciones y empresas del sector.
Desde la organización, se ha puesto de relieve que este enfoque surge con la intención de mantener un ‘diálogo permanente’ y con el deseo de influir en la negociación colectiva, el desarrollo de políticas públicas y la planificación de estrategias de sostenibilidad urbana.
‘No se trata solo de defender intereses, se trata de aportar soluciones al interés general desde la evidencia, con una base empresarial, social y jurídica sólida’, ha indicado Silvia Blasco, presidenta de Fevitur y APTUR CV.
Fevitur también ha resaltado la importancia de la gobernanza tecnológica para mejorar la convivencia, dado que el sector posee un alto grado de digitalización en aspectos como el control de accesos, la verificación documental, la monitorización de ruido y la gestión energética.
En este ámbito, se promoverán códigos de conducta, certificaciones de cumplimiento y sistemas de información compartidos para transformar el alojamiento de corta estancia en un centro experimental de políticas urbanas basadas en datos.
En materia legal e institucional, Fevitur adoptará la proporcionalidad como principio rector y se esforzará por asegurar una regulación coherente entre los diferentes niveles gubernamentales, colaborando con entidades como la CNMC y la CEOE.
En este contexto, se ha anunciado la creación del Observatorio Nacional de Vivienda y Movilidad Temporal como ‘espacio de conocimiento compartido entre el sector público y el privado’.
DEBATE DE VIVIENDA EN ESPAÑA
Por otro lado, Fevitur ha aportado datos relevantes al debate actual sobre la vivienda en España, destacando el crecimiento de la población residente del país, la disminución prolongada de la construcción y la escasez de vivienda protegida, junto con la falta de suelo finalista y el aumento de costes debido a tensiones geopolíticas, afectando la inflación y el poder adquisitivo.
En este marco, las viviendas de uso turístico, que representan el 1,4% del total del parque de 27 millones, han visto una disminución en su porcentaje dentro del mercado de alquiler desde el 13,2% en 2011 al 11,2% en 2025.
Además, el 10% de estas viviendas se alquilan por períodos cortos por propietarios que las habitan, el 35% son segundas residencias y el 55% restante se alquila durante todo el año.
En áreas urbanas con alta tensión en el mercado de alquiler, estas propiedades suelen ser 15 m2 más grandes que las destinadas a alquileres de larga duración, diferenciándose del segmento de mayor necesidad social.
