El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido este miércoles de que China afronta “desequilibrios” derivados de su fuerte dependencia de un esquema de crecimiento cimentado en las exportaciones y en la debilidad de su moneda, el yuan.
De acuerdo con las conclusiones del informe del “Artículo IV” sobre el país asiático, el paso hacia un modelo apoyado en el consumo interno se considera una “prioridad” ya contemplada en el decimoquinto Plan Quinquenal. Sin embargo, el FMI ha instado a aplicar políticas macroeconómicas y reformas “más urgentes y contundentes” para acelerar esa transición.
En esta línea, el organismo ha defendido la puesta en marcha de iniciativas que rebajen el endeudamiento de los hogares, limiten las inversiones poco rentables y recorten las políticas industriales “innecesarias”.
El Fondo también ha señalado que la floja demanda interna y las presiones deflacionistas se están reflejando en una inflación muy contenida que, al compararse con la de sus principales socios comerciales, está derivando en una depreciación del yuan. Esta evolución del tipo de cambio está respaldando el fuerte tirón de las ventas al exterior del gigante asiático.
“Como segunda economía más grande del mundo, China es simplemente demasiado grande como para generar tanto crecimiento a partir de las exportaciones. Seguir dependiendo de las ellas conlleva el riesgo de agravar las tensiones comerciales mundiales”, ha manifestado en rueda de prensa la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Pese a ello, la responsable del organismo con sede en Washington ha subrayado que desde el FMI no se ha planteado una recomendación explícita a Pekín para que permita una apreciación del yuan.
En el capítulo de previsiones, el organismo encabezado por Georgieva calcula ahora que la economía china crecerá un 5% en 2025 y un 4,5% en 2026. Estas cifras suponen una revisión al alza de dos y tres décimas, respectivamente, respecto a las proyecciones publicadas en octubre, apoyadas en los estímulos desplegados por el Gobierno y en unos aranceles a las exportaciones más moderados de lo que se temía.
Recomendaciones del FMI a Pekín
Ante los “desequilibrios” identificados y con el objetivo de sostener el ritmo de expansión del PIB, el FMI ha pedido a China que reforme su sistema fiscal y su marco financiero, y que proceda a sanear los balances del sector inmobiliario, del sistema financiero y de las administraciones públicas.
Además, el Fondo ha instado a profundizar en las reformas orientadas al mercado, abrir de forma más decidida el sector servicios y reforzar la libre competencia entre compañías, con el fin de lograr un modelo de crecimiento más equilibrado y menos dependiente del empuje exterior.











