El Banco de Francia ha identificado que el principal desafío para las instituciones bancarias europeas es la competitividad frente a sus pares estadounidenses, afectada por una fragmentación que restringe su tamaño. Esto ha llevado a la necesidad de avanzar hacia una unión bancaria más cohesiva y de simplificar una normativa considerada demasiado ‘densa’. En este contexto, se propone ‘fusionar o incluso eliminar’ ciertas reservas de capital regulatorio.
‘Hay maneras de simplificar sin desregular’, sostuvo el martes Francois Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, quien destacó que las recientes pruebas de estrés muestran una adecuada capitalización de los bancos europeos. Además, señaló que es crucial reevaluar ciertos componentes complicados de la regulación europea, como el colchón de riesgo sistémico (SyRB), que es único en su tipo en Europa.
Galhau también sugirió suprimir los límites que determinan el importe máximo distribuible en relación con el MREL y los criterios de apalancamiento, así como optimizar el marco de resolución para alinearlo mejor con el estándar internacional de capacidad de absorción de pérdidas (TLAC).
El banquero central francés comentó que los bancos europeos enfrentan dificultades para competir con las grandes entidades de EE.UU., que disfrutan de un mercado interno dinámico y rentable, reflejando la excesiva división del mercado europeo, con bancos que son ‘demasiado pequeños a escala global’ y, por lo tanto, limitados en su capacidad de invertir en tecnologías futuras.
Galhau ha defendido que no se debe optar entre fortaleza y eficiencia, sino integrar ambas mediante una ‘simplificación ambiciosa’. Ha hecho un llamado a eliminar barreras políticas y regulatorias que impiden la creación de líderes bancarios europeos transfronterizos y a revitalizar la Unión Bancaria.
Por último, ha propuesto revisar los criterios ‘hoy demasiado estrictos’ para otorgar exenciones que permitirían una gestión más integrada de los requisitos de liquidez en grupos europeos y eliminar los requisitos del Pilar 2 para filiales dentro del MUS, introduciendo exenciones que favorezcan una gestión consolidada de capital en Europa. Además, sugiere que, en lugar de buscar un sistema completo de garantía de depósitos, se debería avanzar hacia un sistema europeo de apoyo a la liquidez que funcione como red de seguridad entre los sistemas nacionales.
‘La competitividad del sector bancario francés y europeo es una cuestión estratégica fundamental’, reiteró Galhau, subrayando que la UE cuenta con los recursos necesarios: bancos robustos, reguladores dedicados, y una moneda común y respetada, pero es crucial ‘eliminar los obstáculos: regulaciones complejas, fragmentación del mercado y falta de visión estratégica’, concluyó.
