Radiografía de los hogares con menos ingresos en España
En España, la pobreza no es solo falta de ingresos: es falta de margen. Las familias en riesgo de pobreza y exclusión social concentran la mayor parte de su presupuesto en sobrevivir. Según el informe La cesta de la compra de familias en riesgo de pobreza y exclusión social, elaborado por EAPN-ES a partir de la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística, casi seis de cada diez euros se destinan únicamente a vivienda, suministros y alimentación.
El reparto es elocuente:
- 40,9% del gasto se va en vivienda, agua, electricidad y otros suministros.
- 18,7% se dedica a alimentación.
El resultado es un presupuesto exhausto que apenas deja espacio para transporte, sanidad, educación, ropa, ocio o vida social.
¿Cuántos son y cómo son estos hogares?
España cuenta con más de 12 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, según el indicador AROPE. Detrás de esa cifra hay perfiles muy diversos, pero con patrones comunes: hogares con menores a cargo, familias monoparentales -mayoritariamente encabezadas por mujeres-, personas con empleos precarios y salarios bajos, y pensionistas con rentas insuficientes.
Lejos de gastar más, estos hogares gastan menos de lo necesario. “No es un problema de gestión, sino de ingresos insuficientes y políticas públicas que no cubren el coste real de una vida digna”, subraya EAPN-ES.
Qué se deja de comprar cuando no llegan los ingresos
La presión económica obliga a aplicar una estrategia constante de renuncia. El informe constata que los hogares con bajos ingresos reducen o eliminan de su cesta productos considerados “prescindibles” por su precio: pescado fresco, carne de vacuno, productos de charcutería o alimentos específicos para bebés.
La compra se orienta hacia productos más baratos y calóricos, en detrimento de opciones nutricionalmente recomendables como frutas, verduras frescas o proteínas de calidad. Este patrón incrementa el riesgo de déficits nutricionales, especialmente entre niñas, niños y adolescentes.
Vivienda y energía: el principal factor de empobrecimiento
El acceso a una vivienda digna se consolida como el gran agujero negro del presupuesto familiar. El alquiler absorbe una parte creciente de los ingresos y actúa como principal factor de empobrecimiento. A ello se suma la pobreza energética, que obliga a muchas familias a elegir entre calentar la casa o llegar a fin de mes.
El informe recuerda que estas decisiones no son coyunturales: se repiten mes a mes y cronifican situaciones de emergencia económica.
Vivir en emergencia permanente
Más allá de los números, EAPN-ES describe un escenario de emergencia estructural. La falta de tiempo, el estrés constante, la imposibilidad de planificar y el impacto desigual por género y territorio agravan la situación. Las mujeres asumen una mayor carga de cuidados y son más vulnerables a la precariedad, mientras que las diferencias entre comunidades amplían las desigualdades.