Economía

Así viven los hogares con menos ingresos en España: el 60% del gasto se va en comida y vivienda y recortan en salud, transporte y educación

Más de 12 millones de personas en España viven en riesgo de pobreza o exclusión. Los hogares con menos ingresos destinan casi el 60% de su presupuesto a alimentación y vivienda, recortan en salud, transporte y educación y renuncian a productos básicos, según un informe de EAPN-ES elaborado con datos del INE

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Radiografía de los hogares con menos ingresos en España

En España, la pobreza no es solo falta de ingresos: es falta de margen. Las familias en riesgo de pobreza y exclusión social concentran la mayor parte de su presupuesto en sobrevivir. Según el informe La cesta de la compra de familias en riesgo de pobreza y exclusión social, elaborado por EAPN-ES a partir de la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística, casi seis de cada diez euros se destinan únicamente a vivienda, suministros y alimentación.

El reparto es elocuente:

  • 40,9% del gasto se va en vivienda, agua, electricidad y otros suministros.
  • 18,7% se dedica a alimentación.

El resultado es un presupuesto exhausto que apenas deja espacio para transporte, sanidad, educación, ropa, ocio o vida social.

¿Cuántos son y cómo son estos hogares?

España cuenta con más de 12 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, según el indicador AROPE. Detrás de esa cifra hay perfiles muy diversos, pero con patrones comunes: hogares con menores a cargo, familias monoparentales -mayoritariamente encabezadas por mujeres-, personas con empleos precarios y salarios bajos, y pensionistas con rentas insuficientes.

Lejos de gastar más, estos hogares gastan menos de lo necesario. “No es un problema de gestión, sino de ingresos insuficientes y políticas públicas que no cubren el coste real de una vida digna”, subraya EAPN-ES.

Qué se deja de comprar cuando no llegan los ingresos

La presión económica obliga a aplicar una estrategia constante de renuncia. El informe constata que los hogares con bajos ingresos reducen o eliminan de su cesta productos considerados “prescindibles” por su precio: pescado fresco, carne de vacuno, productos de charcutería o alimentos específicos para bebés.

La compra se orienta hacia productos más baratos y calóricos, en detrimento de opciones nutricionalmente recomendables como frutas, verduras frescas o proteínas de calidad. Este patrón incrementa el riesgo de déficits nutricionales, especialmente entre niñas, niños y adolescentes.

Vivienda y energía: el principal factor de empobrecimiento

El acceso a una vivienda digna se consolida como el gran agujero negro del presupuesto familiar. El alquiler absorbe una parte creciente de los ingresos y actúa como principal factor de empobrecimiento. A ello se suma la pobreza energética, que obliga a muchas familias a elegir entre calentar la casa o llegar a fin de mes.

El informe recuerda que estas decisiones no son coyunturales: se repiten mes a mes y cronifican situaciones de emergencia económica.

Vivir en emergencia permanente

Más allá de los números, EAPN-ES describe un escenario de emergencia estructural. La falta de tiempo, el estrés constante, la imposibilidad de planificar y el impacto desigual por género y territorio agravan la situación. Las mujeres asumen una mayor carga de cuidados y son más vulnerables a la precariedad, mientras que las diferencias entre comunidades amplían las desigualdades.