Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, ha puesto de manifiesto la importancia de mantener una perspectiva «realista» ante la resistencia actual de la administración de Donald Trump hacia las energías renovables, al planificar la futura expansión del grupo en Estados Unidos en este sector.
Durante una presentación a analistas en el Capital Markets Day, Galán destacó que la empresa podría «hacer más cosas» en el ámbito de las renovables estadounidenses, aunque es crucial ser «totalmente realistas» sobre los cambios políticos en EE.UU.
A pesar de las complicaciones, resaltó que cualquier proyecto en EE.UU. o en otro lugar que prometa buenos retornos será considerado, ya que «no consiste en cerrar los ojos» ante oportunidades. «Pero hay que ser realistas, y por eso estamos mostrando los proyectos en construcción para que entiendan las cifras. No estamos soñando, estas iniciativas ya están en marcha, generando ‘cash flows’ y avanzaremos poco a poco, aunque veremos qué ocurre al final», explicó.
ENFOQUE «PRUDENTE» EN EÓLICA
En lo que respecta a la eólica marina (‘offshore’), donde Iberdrola ha sido pionera, Galán aseguró que, a pesar de las amenazas a dos proyectos en EE.UU. por la administración Trump, la empresa sigue adelante con un enfoque «prudente», siempre que las condiciones permitan obtener una rentabilidad adecuada.
En Estados Unidos, el grupo está finalizando el proyecto ‘Vineyard Wind’ de 806 megavatios (MW), que se espera concluya este año, y tiene otros proyectos en marcha en el Reino Unido y Alemania, todos con la previsión de operar bajo marcos regulatorios que aseguren retornos adecuados y minimicen riesgos.
Galán destacó que este enfoque conservador es clave para mantener la estrategia y visión del grupo, anticipándose a cambios significativos en el sector energético, y manteniendo un enfoque cauteloso con las macroeconómicas y potencial de crecimiento.
Por otro lado, el director financiero José Sainz, indicó que el Ebitda esperado para 2028 será «más cercano» a 18.500 millones de euros, ajustado por la devaluación del dólar y del real brasileño, con un impacto en el beneficio neto de aproximadamente 160 millones de euros.
