El incremento en la relevancia de las ‘stablecoins’ amarradas al dólar estadounidense podría debilitar la soberanía monetaria y la estabilidad financiera en Europa, poniendo en riesgo el dominio del Banco Central Europeo (BCE) sobre las políticas monetarias, a menos que se adopten medidas estratégicas, destaca un reciente post en el blog del banco central de la zona euro.
Jürgen Schaaf, asesor en infraestructura de mercados y pagos del BCE, menciona que las monedas estables están redefiniendo las finanzas globales, lideradas por el dólar estadounidense. Sin una acción estratégica, la autonomía monetaria y la estabilidad financiera de Europa ‘podrían erosionarse’, aunque también subraya que esto podría representar una oportunidad para fortalecer al euro.
Actualmente, las ‘stablecoins’ basadas en dólares dominan el mercado global, constituyendo cerca del 99% de la capitalización de mercado total, mientras que aquellas en euros son todavía marginales. A pesar de que las monedas estables aún son eclipsadas por los activos financieros tradicionales, ‘están empezando a salir de su nicho y a vincularse más con las instituciones financieras tradicionales’, lo que supone riesgos emergentes para la estabilidad financiera.
La creciente divergencia en regulación también genera preocupación, tras la adopción de un marco regulador más flexible en Estados Unidos para las ‘stablecoins’ en comparación con el Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la Unión Europea. ‘Las implicaciones para la eurozona son potencialmente de gran alcance’, indica Schaaf, señalando que la proliferación de monedas estables con intereses podría desplazar depósitos de los bancos tradicionales, amenazando la intermediación financiera y complicando la disponibilidad de crédito, un desafío más significativo en Europa, donde los bancos son pilares del sistema financiero y los depósitos representan su principal fuente de refinanciación.
‘Si las ‘stablecoins’ en dólares estadounidenses se generalizaran en la eurozona, ya sea para pagos, ahorro o liquidaciones, el control del BCE sobre las condiciones monetarias podría verse debilitado’, advierte Schaaf, notando que esta ‘invasión’, aunque gradual, podría imitar los patrones de las ‘economías dolarizadas’.
Finalmente, Schaaf enfatiza que ‘no hay margen para la complacencia’ y aboga por un mayor soporte a las monedas estables en euros, reguladas adecuadamente. Además, resalta que el proyecto de euro digital del Eurosistema y las innovaciones del sector privado son fundamentales en una estrategia europea más amplia de pagos digitales, donde el euro digital se presenta como ‘una sólida defensa de la soberanía monetaria europea’. Así mismo, subraya que la incertidumbre actual es también una oportunidad única para que Europa, con su marco institucional estable y un enfoque normativo sólido, pueda consolidar la confianza y posiblemente hacer del euro una moneda más robusta.