El valor promedio por metro cuadrado de las propiedades en España ha alcanzado más de 1.850 euros, experimentando un aumento superior al 6% anual, en marcado contraste con el crecimiento salarial, que se sitúa cerca del 3%, de acuerdo con la información más reciente de Tecnotramit.
La entidad, que provee servicios a bancos y agencias inmobiliarias en España y Portugal, advierte sobre una ‘desconexión preocupante entre el valor real de la vivienda y la capacidad de compra de la población’.
Según Tecnotramit, en regiones como Barcelona, Madrid, Málaga o Baleares, el gasto financiero promedio supera el 45% de los ingresos familiares, colocando a ‘buena parte’ de las familias en un estado de ‘vulnerabilidad habitacional’.
La empresa subraya que sin medidas que aumenten la oferta de viviendas asequibles y promuevan la entrada en el mercado de alquiler, ‘los efectos de este desequilibrio podrían ser similares a los vividos en la crisis de 2008, aunque con diferencias de fondo’.
Además, Tecnotramit indica que la construcción de nuevas viviendas ‘continúa siendo insuficiente para la alta demanda residencial del país’, subrayando que en 2024 solo se iniciaron 87.000 unidades, cuando serían necesarias al menos 160.000 anualmente ‘para atender adecuadamente la demanda estructural’.
‘Esta carencia está impulsando los precios tanto en compra como en alquiler, especialmente en grandes núcleos urbanos, y genera un efecto expulsión hacia la periferia que agrava la desigualdad territorial’, explica Tecnotramit.
La firma también destaca que, a pesar de que las condiciones actuales de financiación son ‘competitivas’ (con un tipo medio de interés en torno al 3%), el incremento en los precios ‘complica el acceso al mercado de los colectivos más vulnerables por sus menores ingresos’.
En este contexto, Tecnotramit enfatiza que la ‘baja’ tasa de ahorro de ciertos sectores de la población ‘imposibilita reunir el dinero para la entrada de un piso y conseguir una hipoteca’, mientras que las condiciones para obtener crédito ‘no mejoran debido a la cautela de la banca y la inestabilidad macroeconómica y geopolítica’.