En julio, el índice de gerentes de compras (PMI) de Estados Unidos, realizado por S&P Global, descendió a 49,8 puntos desde los 52,9 anteriores, marcando el fin de seis meses de crecimiento continuo en la actividad manufacturera.
Según la agencia, las condiciones operativas en la industria empeoraron ‘ligeramente’ durante el mes debido a un estancamiento en la demanda y a la continua incertidumbre sobre los aranceles, que afectó las perspectivas del sector.
La caída en las ventas internacionales y la incertidumbre sobre las políticas del gobierno de Trump han impactado negativamente en la confianza empresarial, lo que ha llevado a algunos despidos, indicó S&P. Además, la gestión de inventarios jugó un papel en el deterioro del ambiente manufacturero, ya que las empresas recortaron sus stocks tras intentar anticiparse a los aranceles en meses anteriores.
Respecto a los costos, los precios de los insumos siguieron subiendo ‘considerablemente’ a causa de los aranceles, aunque este incremento se ha moderado significativamente desde el pico casi trienal de junio. Los precios de venta continuaron su tendencia alcista, alcanzando la segunda cifra más alta desde noviembre de 2022.
‘En julio se produjo el primer deterioro de las condiciones operativas del sector manufacturero desde diciembre pasado, ya que las preocupaciones por los aranceles continuaron dominando el entorno empresarial’, explicó Chris Williamson, economista jefe del área de empresas de S&P Global Market Intelligence. ‘Esto se produce después de que las empresas acumularan existencias en mayo y junio ante la preocupación por el aumento de los precios de las importaciones y el empeoramiento de la disponibilidad de suministros como consecuencia de las subidas arancelarias’, añadió.
El descenso en la confianza está motivado por expectativas de una demanda más baja, especialmente desde mercados extranjeros y por el efecto proinflacionista de los aranceles comerciales, concluyó el analista.