La industria de bienes de equipo en España prevé alcanzar en 2025 una cifra de negocio cercana a los 70.000 millones de euros, un volumen muy próximo a los 71.300 millones estimados para 2024, de acuerdo con los cálculos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Bienes de Equipo (Sercobe).
El comportamiento del sector en España se sitúa por encima de la media europea, encadenando pequeños avances en los últimos tres ejercicios, frente a las compañías europeas de bienes de equipo, que han sufrido descensos en sus ingresos durante este mismo periodo. En conjunto, la actividad en España acumula un incremento del 12,5% en los tres últimos años.
Para el director general de Sercobe, José Ignacio Mora, se requiere «urgentemente» un gran acuerdo de Estado que permita proteger a este sector emblemático de la economía nacional, al que considera el «motor» de la exportación y «base de un empleo cualificado», ante el riesgo de pérdida de rentabilidad y competitividad que podría arrastrar a España «hacia la irrelevancia».
La facturación europea apunta a un leve avance en 2026
En el ámbito europeo, la facturación conjunta de la industria de bienes de equipo podría repuntar alrededor de un 0,9% en 2026, siempre que el entorno macroeconómico se estabilice y las autoridades comunitarias aseguren un marco regulatorio y de apoyo adecuado para las industrias tecnológicas y manufactureras del continente.
La patronal europea del sector, Orgalim, señala que, tras tres años de descensos y en un escenario de elevada incertidumbre, las empresas europeas de bienes de equipo contemplan un retorno muy débil al crecimiento en 2026.
De hecho, Orgalim anticipa que 2025 será el tercer ejercicio consecutivo de retrocesos. La facturación real apunta a una bajada del 1,3%, empeorando la estimación anterior, más favorable, que apuntaba a un descenso del 0,7% para este año. Además, se proyecta una reducción del empleo del 1,7%, junto con un avance moderado de la inversión del 1,3%.
En el acumulado de los últimos tres años, la facturación de la industria europea de bienes de equipo registra una contracción del 7,8%. Esta merma resulta más severa que la vivida durante la crisis financiera de 2009 o la crisis de la Covid-19 de 2020. La prolongación de la recesión sugiere un deterioro de carácter estructural más que un simple bache del ciclo económico.
Desconfianza, tensiones geopolíticas e incertidumbre
Entre las causas de este deterioro figura la pérdida de confianza inversora, lastrada por diversos factores: las tensiones comerciales con Estados Unidos, la invasión rusa de Ucrania, la creciente presión competitiva de las importaciones procedentes de China y los complejos y costosos procedimientos de regulación y autorización de la Unión Europea.
Las compañías del sector también señalan la incertidumbre como uno de los principales motivos de los aplazamientos en las decisiones de compra e inversión. Aunque se contemplan oportunidades en nuevos proyectos industriales y en actividades vinculadas a la defensa, estas expectativas todavía no se han traducido en un aumento real de la producción ni de la cartera de pedidos.
Algunas empresas advierten, además, de un incremento de la presión importadora desde China, lo que reaviva las dudas sobre la competitividad en costes. Paralelamente, el periodo de acaparamiento de mano de obra ha concluido y los niveles de empleo se están ajustando a volúmenes de producción más reducidos.
«El cauteloso retorno al crecimiento está lejos de ser seguro y no compensará las enormes pérdidas de los últimos años. Las industrias de bienes de equipo europeas aún necesitan urgentemente el reconocimiento y el apoyo de los responsables políticos. Una recuperación del 0,9% no nos pone de nuevo en equilibrio tras una pérdida del 7,8%», ha señalado Sercobe.











