Las empresas de marcas de fabricante destinan más de 520 millones de euros cada año en investigación y desarrollo (I+D) para responder a las exigencias del consumidor, de acuerdo con datos de Promarca, que destaca un declive en la innovación en el sector del gran consumo de entre un 48%-50% desde el año 2010.
Estas marcas contribuyen con el 7,5% al Producto Interior Bruto (PIB) de España, crean más de 1.377.000 empleos directos y generan más de 13.000 millones de euros anuales en impuestos, lo que las convierte en un pilar fundamental para el desarrollo del sector.
Además, representan el 65% del empleo en el sector de gran consumo y se comprometen con la igualdad de oportunidades, el impulso al talento joven y la lucha contra la despoblación de la España Vaciada. En los últimos años, han incrementado un 13% la incorporación de mujeres en su plantilla, un 38% la creación de empleo juvenil y un 16% el empleo en zonas rurales, gracias a que el 40% de sus fábricas se localizan en municipios con menos de 20.000 habitantes, lo que ha resultado en la creación de más de 175.000 empleos.
Para alcanzar este impacto positivo, las compañías del sector apuestan por la innovación, clave para el crecimiento y la competitividad de España. Aunque el sector ha mostrado ser resiliente con un crecimiento del 3,5% acumulado hasta agosto, la innovación juega un papel crucial para mantener y acelerar este ritmo.
Según el ‘Radar de la Innovación 2024’ de Wordpanel by Numerator, la innovación en las marcas de fabricante es un importante generador de negocio incremental, es decir, de ventas nuevas que no afectan a las existentes. En 2024, estas innovaciones representaron el 65% del negocio incremental, demostrando su capacidad para expandir el mercado y añadir valor añadido a toda la cadena, beneficiando tanto a fabricantes como a distribuidores, al generar un 44% de incrementalidad para el retail.
El presidente de Promarca, Fernando Fernández Soriano, ha destacado que la «innovación es fundamental para evitar el estancamiento del mercado y asegurar su crecimiento». «Al introducir productos nuevos y relevantes, se genera interés, se satisfacen nuevas necesidades y se impulsa la vitalidad de todo el sector, beneficiando sobre todo, a los consumidores, además de a fabricantes y distribuidores», ha indicado.
El volumen de innovación ha caído entre un 48%-50% desde 2010, alcanzando mínimos históricos, lo cual se presenta como un desafío clave para reactivar la innovación y desbloquear su máximo potencial, evitando un escenario de pérdida de valor para toda la cadena. En este marco, Promarca propone un «espacio de diálogo constructivo y estratégico» que incluya a la administración pública, fabricantes y distribuidores para identificar las mejores prácticas, superar barreras y diseñar soluciones conjuntas que impulsen un «ecosistema más favorable» para la creación, lanzamiento y distribución de nuevos productos.