Inversis ha resaltado este jueves durante una rueda de prensa que, mientras la economía de Estados Unidos comienza a evidenciar “síntomas de fatiga” tras un largo período de expansión, Europa se fortalece apoyándose en políticas fiscales armónicas, un ambiente monetario más estable y una estructura empresarial con balances robustos.
Así lo ha señalado Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe macroeconómico de la firma, en la presentación de la estrategia de inversión para el último trimestre de 2025.
“El año llega a su fin con un comportamiento excepcional en prácticamente todos los mercados […] Un ejercicio marcado por el optimismo inversor y la moderación de la inflación”, han señalado desde la entidad, destacando incrementos notables como el del oro, que registra una subida del 52%, mientras que el EuroStoxx y el S&P 500 avanzan un 18% y un 16%, respectivamente.
Según Inversis, la eurozona se beneficia de un entorno financiero más propicio y políticas fiscales y monetarias favorables que impulsan la recuperación del consumo privado, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la facilidad de depósito en el 2%, favoreciendo así la inversión y el consumo. Se espera que estos efectos se consoliden durante 2026.
Las previsiones del ‘guardián del euro’ apuntan a un crecimiento del PIB de la Eurozona del 1,2% para el año, ligeramente superior a las estimaciones iniciales de 2025. Esta cifra coincide con una revisión al alza por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que confirma la mejora de la actividad europea a pesar del impacto de los aranceles.
El acuerdo alcanzado en julio ha mitigado el impacto de estas medidas comerciales sobre las exportaciones europeas, lo que ha permitido una moderación de las malas perspectivas de la primavera y ha fortalecido la confianza empresarial en la región, explican desde Inversis.
Además, el crédito empresarial sigue mostrando fortaleza, gracias a que las empresas europeas mantienen niveles de deuda bajos y márgenes sólidos, facilitando la inversión y confirmando una tendencia positiva en los indicadores de confianza y los PMI manufactureros.
ALEMANIA A LA CABEZA
En detalle, el programa fiscal anunciado por Alemania en marzo ha restaurado la confianza empresarial y ha creado las bases para un crecimiento del 1,5% en 2026, después de cerrar 2025 con un modesto avance del 0,2%.
El aumento del gasto público, la inversión y las exportaciones son los pilares de esta recuperación, que se espera extienda al resto de la Unión Europea (UE).
El compromiso de los países europeos de destinar el 5% de su PIB a defensa y seguridad se perfila como un nuevo motor estructural para la economía del continente: “Esta medida podría sumar entre 0,9 y 2,3 puntos de crecimiento adicional hasta 2035”, han estimado.
EEUU ENTRA EN FASE BAJISTA
En contraste con Europa, los indicadores en Estados Unidos muestran un enfriamiento progresivo, a pesar de un buen dato de crecimiento en el segundo trimestre.
Aunque el empleo se mantiene estable, ya se observan tensiones en el mercado laboral, con incrementos salariales que elevan los costes y un aumento en la sustitución de mano de obra por tecnologías de automatización e inteligencia artificial. “Este cambio estructural empieza a moderar la demanda interna en algunos sectores”, han advertido desde Inversis.
La Reserva Federal (Fed) se dirige hacia nuevas reducciones de tipos, anticipando una disminución de 25 puntos básicos en octubre y otra en diciembre, situando los tipos oficiales entre el 3,5% y el 3,75% a finales de año.
Asociado a esto, aunque el empleo sigue siendo sólido, el aumento de los salarios sigue presionando la inflación en servicios, limitando el margen de la Fed para recortar tipos con mayor rapidez.
Este contraste también se refleja en los mercados de deuda, ya que mientras las rentabilidades aumentan en la eurozona por un incremento de la oferta y las dudas fiscales, en Estados Unidos descienden ante la expectativa de un ciclo monetario expansivo.
ESTRATEGIA DE INVERSIÓN
Inversis ha definido su estrategia de inversión para el cierre del año, optando por mantener una posición equilibrada en renta fija, con un enfoque destacado en la deuda corporativa, beneficiándose de la solidez de los balances empresariales y de márgenes aún firmes, mientras que la exposición a deuda soberana se mantiene reducida debido a la volatilidad fiscal en algunos países.
En deuda ‘high yield’, la entidad ha incrementado su posición al 5%, enfocándose en emisores europeos, y ha aumentado cinco puntos la exposición a crédito ‘investment grade’ en mercados emergentes, buscando diversificación y rentabilidad adicional.
En el ámbito de la renta variable, la entidad ha reducido su exposición global, especialmente en Estados Unidos tras un año de subidas generalizadas, mientras reafirma su apuesta por Europa y Japón, prefiriendo compañías de calidad y sectores defensivos.















