El ejecutivo italiano está evaluando la posibilidad de mantener fija la edad de jubilación a los 67 años, una propuesta que cuenta con el apoyo tanto de la Liga de Matteo Salvini como de los sindicatos, aunque podría incrementar la presión sobre el sistema de pensiones del país, que ya enfrenta una deuda que supera el 135% del PIB.
La normativa actual en Italia vincula la edad de jubilación con la esperanza de vida, y establece revisiones cada dos años para ajustar, si es necesario, esta edad límite. La última actualización se realizó en 2019, incrementando la edad de retiro en cinco meses.
Esta iniciativa se enmarca en los esfuerzos del gobierno de la primera ministra, Georgia Meloni, para fortalecer su posición de cara a las elecciones nacionales previstas para 2027. La Liga, parte de la coalición gubernamental, ha mostrado su interés en mantener inalterada la edad de jubilación. De hecho, el ministro de Finanzas, Giancarlo Giorgetti (Liga), había propuesto anteriormente extender los 67 años hasta 2029. Los sindicatos también han respaldado esta medida.
Fuentes del ministerio han confirmado al ‘Financial Times’ que la propuesta aún se está considerando y que cualquier decisión definitiva se tomará teniendo en cuenta ‘el panorama económico general’.
La comisión presupuestaria del Parlamento italiano ha calculado que, de no ajustarse la edad de jubilación según lo previsto, el gasto adicional en pensiones podría representar un 0,4% del PIB hasta 2040, elevando la deuda nacional al 139% para 2031, lo que supone un aumento de siete puntos porcentuales respecto a las proyecciones actuales para ese año.
