El conglomerado Kering, que posee marcas de renombre como Gucci y Balenciaga, reportó un beneficio neto de 474 millones de euros en el primer semestre del año, evidenciando una disminución del 46% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Con respecto a los ingresos, estos alcanzaron los 7.587 millones de euros, lo que supone una reducción del 15,9% respecto al año previo, incluyendo un decremento del 17,9% en el segundo trimestre, con una cifra de 3.704 millones de euros.
En detalle, las ventas de Gucci durante el semestre alcanzaron los 3.027 millones de euros, marcando un descenso del 28,9%. Por otro lado, Yves Saint Laurent experimentó una caída en sus ventas del 10,6%, situándose en 1.288 millones de euros. En contraste, Bottega Veneta mostró un crecimiento del 1,2%, con ventas de 846 millones de euros.
Además, otras marcas bajo el paraguas de Kering contribuyeron con 1.459 millones de euros y la división óptica y corporativa añadió otros 1.092 millones de euros, con una reducción del 15% y un aumento del 2,3%, respectivamente.
«En un entorno de mercado especialmente difícil, continuamos optimizando nuestra distribución y nuestra base de costes y, siguiendo nuestra hoja de ruta, tomamos medidas decisivas para reforzar nuestra estructura financiera», ha afirmado el presidente y consejero delegado de Kering, François-Henri Pinault.
«Aunque las cifras que presentamos siguen estando muy por debajo de nuestro potencial, estamos seguros de que los esfuerzos estructurales que hemos realizado durante los últimos dos años han sentado unas bases sólidas para las próximas etapas del desarrollo de Kering», ha añadido.
Finalmente, el grupo manifestó que mantendrá una «disciplina fiscal» con los costes y seleccionará cuidadosamente las inversiones futuras ante un panorama económico y geopolítico «incierto».