El pleno del Parlamento Europeo ha respaldado este miércoles el acuerdo que fija el fin de todas las importaciones de gas ruso en 2027, con una retirada escalonada del gas natural licuado que deberá concluir, como muy tarde, el 31 de diciembre de 2026, y dejando para septiembre de 2027 la supresión definitiva del resto de compras de gas por gaseoducto.
La norma ha sido aprobada por los eurodiputados reunidos en Estrasburgo (Francia) con 500 votos a favor, 120 en contra y 32 abstenciones, por lo que sólo queda pendiente el visto bueno formal de los Veintisiete para que pueda entrar en vigor.
Tras el acuerdo alcanzado entre los negociadores el pasado 3 de diciembre, el comisario de Energía, Dan Joergensen, subrayó que la desconexión se llevará a cabo de forma “cuidadosa, gradual y coordinada”.
Seis meses después de la entrada en vigor del reglamento quedarán vetados todos los nuevos contratos, tanto de corto como de largo plazo. A partir de ese momento, el embargo permanente se irá extendiendo de manera progresiva a los contratos ya existentes.
En una primera fase, la medida afectará a los contratos a corto plazo suscritos antes del 17 de junio de 2025: en el caso del GNL quedarán prohibidos desde el 25 de abril de 2026 y, en el del gas de gaseoducto, desde el 17 de junio de 2026.
Para los contratos a largo plazo relativos a importaciones de GNL firmados antes del 17 de junio de 2025, la prohibición comenzará a aplicarse el 1 de enero de 2027, en coherencia con el decimonoveno paquete de sanciones. La ruptura se completará, como máximo, el 30 de septiembre de 2027, fecha en la que deberán cesar las importaciones de gas por gaseoducto.
No obstante, el texto contempla salvaguardas para los Estados miembros que tengan problemas para alcanzar los niveles de almacenamiento exigidos, permitiéndoles aplazar la prohibición del gas por gaseoducto hasta noviembre de 2027.
El acuerdo incorpora igualmente disposiciones específicas contra la elusión, que se suman a los controles ya existentes en las aduanas, así como medidas destinadas a reforzar la transparencia, el seguimiento y la trazabilidad del gas ruso en los mercados de la Unión Europea.
Además del fin de las compras europeas de gas ruso, el pacto recoge la eliminación progresiva de las importaciones de petróleo procedente de Rusia, aunque por ahora sin un calendario detallado, dado que sólo Hungría y Eslovaquia mantienen una dependencia significativa del crudo ruso.
En este marco, los Estados miembro estarán obligados a presentar, a más tardar el 1 de marzo de 2026, planes nacionales de diversificación que incluyan medidas concretas para asegurar sus suministros de gas y petróleo.
También deberán informar a la Comisión, en el plazo de un mes desde la entrada en vigor del reglamento, si disponen de contratos de suministro de gas ruso o de prohibiciones legales nacionales en vigor. Bruselas evaluará estos planes y emitirá recomendaciones, en su caso, en un plazo máximo de tres meses desde su recepción.