El pleno del Parlamento Europeo ha respaldado este martes el paquete de salvaguardas planteado por la Comisión Europea para reforzar la protección de los agricultores comunitarios en caso de que el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur llegue a provocar un impacto grave sobre su actividad.
Este dispositivo de defensa, que contempla un mecanismo para suspender las ventajas arancelarias concedidas a las exportaciones de Mercosur si se producen distorsiones significativas para los productores europeos, se tramita al margen del tratado comercial, aunque varios Estados miembros supeditaron su apoyo al acuerdo a la aprobación previa de estas garantías.
Bruselas diseñó esta red de seguridad con el objetivo de atraer a los gobiernos más escépticos con el pacto, entre ellos Italia y Polonia, y muy especialmente Francia, que mantiene su rechazo frontal pese a que, por sí sola, no alcanza la minoría de bloqueo necesaria para tumbar el acuerdo.
Tras el respaldo del pleno, la Eurocámara podrá cerrar con el Consejo (los gobiernos) la adopción formal de las salvaguardas en las próximas horas, un trámite que la presidencia danesa de la UE esperaba para plantear a los Veintisiete la aprobación de la firma del tratado comercial. La intención es que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo, António Costa, se desplacen a Brasil para rubricar el pacto este mismo sábado.
La posición de la Eurocámara, elaborada por el eurodiputado del PP Gabriel Mato, ha salido adelante en la sesión plenaria de Estrasburgo (Francia) con una amplia mayoría de 431 votos a favor, 161 en contra y 70 abstenciones. Antes de la votación, Mato defendió que la propuesta de Bruselas es “equilibrada y creíble” y que aportará una “protección real” a los productores europeos.
Control reforzado y posible suspensión de preferencias
Con esta iniciativa, Bruselas establece procedimientos claros para la aplicación “oportuna y efectiva” de medidas sobre productos agrícolas, con disposiciones específicas para artículos especialmente sensibles como el azúcar, el etanol, los huevos, el arroz o la carne de vacuno y de aves de corral.
Una vez entre en vigor, la Comisión Europea vigilará de forma sistemática la evolución del mercado respecto a las importaciones de determinados productos agrícolas sensibles e informará cada seis meses al Consejo y al Parlamento Europeo sobre el efecto de esas importaciones en los mercados de la UE.
Este seguimiento periódico y pormenorizado permitirá detectar riesgos potenciales en una fase temprana y reaccionar con rapidez para atajar posibles consecuencias negativas. El Ejecutivo comunitario analizará la situación del mercado europeo y, si procede, examinará casos concretos que afecten a uno o varios Estados miembro.
Los servicios comunitarios estarán atentos a incrementos bruscos de las importaciones o a caídas significativas de precios y abrirán una investigación formal cuando los precios de entrada de los productos importados sean al menos un 10% inferiores a los de sus competidores europeos y, simultáneamente, se registre un aumento superior al 10% en las importaciones anuales dentro de los contingentes preferenciales de Mercosur o se observe una reducción del 10% respecto a los precios de importación del año anterior.
Si la investigación determina la existencia de un perjuicio grave o de un riesgo claro de perjuicio, la UE tendrá la posibilidad de suspender de manera temporal las preferencias arancelarias para aquellos productos responsables del daño detectado.