La inflación en Venezuela ha escalado hasta el 556% en los 12 meses previos al 17 de diciembre de 2025, en pleno aumento de la tensión entre el país caribeño y Estados Unidos, que busca aislar financieramente al Gobierno socialista de Caracas.
De acuerdo con el índice semanal elaborado por “Bloomberg News”, este indicador se encontraba en el 219% a finales de junio de este año y había cerrado 2024 en el 45%.
El cálculo se basa únicamente en el precio de una taza de café en una panadería de Caracas, pero se ha convertido en la única referencia en tiempo real sobre la evolución de los precios en un país que hace años dejó de divulgar con regularidad sus principales datos macroeconómicos.
En su informe “Perspectiva Económica Mundial” publicado en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la inflación venezolana podría alcanzar el 682,1% en 2026, tras terminar el ejercicio actual en el 269,9%. El organismo advirtió, no obstante, de que sus previsiones están condicionadas por la ausencia de diálogo con las autoridades venezolanas y la limitada información estadística disponible.
El dato se conoce poco después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenara el pasado martes el bloqueo de los petroleros que entran y salen de Venezuela, con el objetivo de estrangular la principal fuente de divisas del Ejecutivo.
“El shock para ellos será como nada que hayan visto antes”, escribió Trump en una publicación en sus redes sociales.
El fuerte repunte de los precios golpea sobre todo a los empleados públicos, a los pensionistas y a quienes siguen cobrando en bolívares, que representan una minoría, ya que alrededor del 90% de los trabajadores del sector privado en el país perciben su salario en dólares.