Economía

La vivienda nueva se encarecerá un 10% y el alquiler un 12% en 2026, según Grupo Tecnitasa

Grupo Tecnitasa anticipa fuertes subidas en 2026: la obra nueva se encarecerá un 10% y el alquiler un 12% por falta de oferta y alta demanda.

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La vivienda nueva se encarecerá un 10% y el alquiler un 12% en 2026, según Grupo Tecnitasa

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El Grupo Tecnitasa prevé que el precio de la vivienda de obra nueva registre en 2026 un encarecimiento cercano al 10%, mientras que el valor de los inmuebles de segunda mano se incrementará alrededor de un 8%, manteniendo así la presión alcista sobre el mercado residencial.

En cuanto al alquiler, las tensiones serán todavía más acusadas, con subidas estimadas en torno al 12%. Este repunte se atribuye, principalmente, a la retirada de parte de la oferta ante la inseguridad jurídica asociada a la política intervencionista de la Administración y a la persistencia de una demanda muy intensa.

De acuerdo con las proyecciones de Grupo Tecnitasa, el próximo ejercicio continuará el fuerte desequilibrio entre oferta y demanda en el sector residencial. Se incorporarán al mercado apenas 100.000 viviendas nuevas al año, mientras que la creación de nuevos hogares será más del doble, impulsada, entre otros factores, por una elevada inmigración. Este desfase seguirá empujando los precios al alza, sobre todo en las zonas donde se concentra con más fuerza la demanda.

“El resultado es un acceso a la vivienda cada vez más complicado para los hogares con menor renta y, especialmente, para los jóvenes, tanto en compra como en alquiler”, ha subrayado el presidente del Grupo Tecnitasa y de la Asociación Profesional de Sociedades de Valoración (Atasa), José María Basáñez.

Conversión de inmuebles terciarios en viviendas

En los núcleos urbanos consolidados, donde la escasez de suelo disponible frena el lanzamiento de nuevas promociones, están cobrando relevancia las operaciones de cambio de uso de inmuebles terciarios hacia residencial.

Según Grupo Tecnitasa, la reconversión de edificios de oficinas, pese a su mayor complejidad urbanística, avanza con rapidez debido a la presión de la demanda y a una mayor disposición de las administraciones a autorizar estos proyectos cuando el destino final son viviendas con precios contenidos.

A este fenómeno se añade la transformación de determinados locales comerciales sin viabilidad económica en viviendas, incluyendo fórmulas de alquiler asequible y proyectos de vivienda social, que contribuyen a ampliar la oferta residencial en áreas muy tensionadas.