La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha subrayado la importancia de una mayor integración del mercado energético a través de interconexiones para atenuar los llamados “costes del sistema” y disminuir las tarifas de la energía, notablemente superiores a las de Estados Unidos. Esta diferencia de precios amenaza con ensanchar la brecha económica entre ambas regiones, situación ante la cual Europa debe optar por la energía limpia generada internamente, según declaró Lagarde este martes.
En una conferencia en Oslo, Lagarde ha revelado que la reciente crisis energética europea ha demostrado que la dependencia de combustibles fósiles importados “ya no es sostenible”. Según la presidenta del BCE, optar por las energías renovables es esencial no solo para afrontar el cambio climático, sino también para asegurar una independencia energética que nunca se lograría con los combustibles fósiles importados, además de contribuir a la reducción de los precios energéticos, dado que el coste marginal de la electricidad renovable es prácticamente nulo.
“La única vía viable para que Europa alcance estos objetivos es recurrir en mayor medida a la energía limpia producida localmente”, afirmó. A pesar de que el desarrollo y mantenimiento de un sistema basado en energías renovables implica costes adicionales, conocidos como “costes del sistema”, Lagarde cree que algunos de estos pueden minimizarse adoptando un enfoque ambicioso en la transición.
“No podemos eliminar los costes asociados a la intermitencia, pero podemos reducirlos sustancialmente si impulsamos la inversión en capacidad de generación, redes y almacenamiento”, defendió Lagarde, agregando que una mayor integración del mercado energético, por ejemplo, mediante más interconectores transfronterizos, permitiría a los países compartir excedentes de electricidad, equilibrar las fluctuaciones de fuentes intermitentes y utilizar la generación y la capacidad de la red de manera más eficiente.
“Se ha comprobado que una mayor integración transfronteriza reduce los costes generales del sistema en aproximadamente un 9% (unos 26.000 millones de euros anuales) y reduce los precios de la electricidad más que las estrategias nacionales aisladas”, destacó Lagarde. Además, instó a los responsables políticos a crear un entorno predecible para la inversión, esencial para alcanzar los ambiciosos objetivos ecológicos de la UE.
