Las compañías españolas prevén un repunte de su facturación en el cuarto trimestre de 2025, tras el retroceso anotado en el tercero en términos brutos, según la última “Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad del cuarto trimestre de 2025”, difundida este martes por el Banco de España.
En términos desestacionalizados, las firmas también contemplan un “leve” avance de la facturación por tercer trimestre seguido, una pauta que encaja con otros indicadores de actividad como el Índice de Gerentes de Compras (PMI).
Con la vista puesta en 2026, la mayoría de las empresas (55%) confía en que su cifra de negocios aumente el próximo año —sobre todo en actividades profesionales y actividades administrativas—, un 34% calcula que se mantendrá sin cambios y un 11% —concentrado principalmente en la agricultura— anticipa una posible caída de sus ingresos.
Mayor dinamismo en las grandes empresas
Por sectores, sobresale el avance de la facturación en información y comunicaciones, así como en actividades profesionales y actividades administrativas. En contraste, la hostelería vuelve a mostrar un comportamiento “especialmente desfavorable”, en línea con lo ocurrido en el mismo tramo del año anterior.
Si se analiza por tamaño, el incremento de la facturación se concentraría en las grandes empresas (más de 250 empleados), mientras que en las pequeñas y medianas (pymes, con menos de 250 trabajadores) tendería a estabilizarse. En materia de empleo, las empresas consultadas declaran un ligero aumento frente al trimestre precedente.
Siguiendo el mismo patrón sectorial que en la facturación, continúa la mejora del empleo en actividades profesionales y actividades administrativas, frente al retroceso de la ocupación en hostelería. Atendiendo a la dimensión de las plantillas, el empleo crece en las grandes compañías, aunque a un ritmo “muy inferior” al de hace un año, mientras que en las pymes se anticipa un leve descenso en el cuarto trimestre.
Inversión al alza y diferencias por tamaño
Las empresas también señalan una evolución positiva de la inversión en el cuarto trimestre, encadenando así siete trimestres consecutivos de aumentos. La recuperación de la actividad inversora se extiende de forma generalizada a la mayoría de ramas productivas.
Además, las previsiones para el primer trimestre de 2026 apuntan a que la inversión seguirá creciendo. De nuevo, y en coherencia con lo observado en facturación y empleo, la actividad inversora se estaría reforzando en las grandes empresas, mientras que en las pymes se aprecia una contracción.
En cuanto a los costes de los consumos intermedios, los resultados de la encuesta reflejan un ligero repunte de las presiones inflacionistas respecto al trimestre anterior, sobre todo en hostelería y agricultura. Sin embargo, este encarecimiento de los consumos intermedios no se habría trasladado todavía a los precios de venta, cuya variación permanece estable frente al trimestre previo.
Más tensiones inflacionistas en 2026
De cara al primer trimestre de 2026, las empresas encuestadas anticipan un cierto aumento de las presiones inflacionistas respecto a la situación actual. En la misma dirección, las expectativas a un año vista apuntan a un encarecimiento de los precios, lo que supondría romper con la senda de moderación prevista desde comienzos de año.
Así, los resultados recogen un aumento de las expectativas de subidas de los costes de los consumos intermedios, de los precios de venta y de los costes laborales. En lo relativo a los factores que condicionan la actividad empresarial en este trimestre, la encuesta refleja una cierta estabilidad en su impacto sobre las compañías participantes.
No obstante, se detecta un repunte de la escasez de mano de obra, una situación que percibe el 48% de las empresas, 2,4 puntos más que tres meses antes. Por sectores, las dificultades son especialmente intensas en construcción, hostelería y agricultura, donde el 63%, el 57% y el 54% de las firmas, respectivamente, se declaran afectadas.
Costes energéticos y financiación como frenos
Entre los factores de oferta, la incidencia de los costes energéticos aumenta este trimestre y se convierte en un obstáculo para el 46,5% de las empresas. Por ramas, el impacto negativo de este componente es especialmente acusado en hostelería, agricultura y transporte.
Al mismo tiempo, se aprecia cierta estabilidad en la influencia de la incertidumbre sobre la política económica. El porcentaje de compañías que se declara perjudicada por este elemento se sitúa en el 49,3%, lo que mantiene a este factor como el principal condicionante de la actividad.
Su efecto es más intenso en transporte e industria, frente a un menor porcentaje de empresas afectadas en otras ramas de servicios. Por último, los factores financieros continúan siendo vistos como un freno por una minoría de compañías, con una incidencia algo mayor en las pymes.
En este sentido, el acceso a la financiación supone una dificultad para el 13% de las empresas (el 15,4% de las pymes y el 9,7% de las grandes), en línea con lo observado en trimestres anteriores.
La Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), realizada entre el 17 de noviembre y el 1 de diciembre, se envió para su cumplimentación online a una muestra cercana a 15.000 sociedades, de las que más del 30% son colaboradoras habituales de la Central de Balances. La participación ha sido elevada, con algo más de 6.800 cuestionarios válidos recibidos, lo que supone una tasa de respuesta del 46%.