Las comercializadoras de gas y electricidad, junto con los operadores mayoristas de productos petrolíferos y de gases licuados de petróleo, tendrán que ingresar en 2026 un total de 1.871 millones de euros en el Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE). Esta cuantía supone casi un 83% más que los 1.023,56 millones de euros fijados para 2025.
De acuerdo con la propuesta de orden ministerial sometida a audiencia pública, cerca de la mitad de esa cifra (el 46%) recaerá sobre los operadores de productos petrolíferos, que asumirán 864,279 millones de euros. Las compañías eléctricas aportarán 578,037 millones de euros, el 30,9% del total, mientras que las empresas gasistas contribuirán con 383,716 millones de euros, equivalentes al 20,5%.
Entre las compañías con mayores obligaciones económicas figuran Repsol, con más de 440 millones de euros sumando sus distintas comercializadoras y operadores; Endesa, con unos 223 millones de euros; Moeve, con alrededor de 220 millones de euros; Iberdrola, que supera los 163 millones de euros; y Naturgy, con más de 161 millones de euros.
Asimismo, se incluyen como grandes contribuyentes al FNEE para este 2025 empresas como Galp, con unos 96 millones de euros; Disa, con más de 41 millones de euros; y BP, que supera los 100 millones de euros.
El actual marco se remonta a 2014, cuando se creó un sistema nacional de obligaciones de eficiencia energética que asigna a comercializadoras y operadores una cuota anual de ahorro de energía. Cada ejercicio, una orden ministerial fija el objetivo de ahorro, los porcentajes de reparto entre los sujetos obligados, las cuotas resultantes y su traducción económica.
Para 2026, el Sistema Nacional de Obligaciones de Eficiencia Energética establece un objetivo de ahorro de energía final de 810 kilotoneladas equivalentes de petróleo (ktep), lo que se corresponde con 9.420,28 gigavatios hora (GWh).
La equivalencia financiera para 2026 se fija en 2,31 millones de euros por ktep ahorrado, es decir, 198.624,25 euros por cada GWh de ahorro. Esta valoración se calcula a partir del coste medio estimado para movilizar las inversiones necesarias que permitan cumplir el objetivo anual, según la propuesta de orden sometida a consulta pública hasta el 16 de enero.
El FNEE sirve para articular instrumentos de apoyo económico y financiero, así como servicios de asistencia técnica, formación, información y otras actuaciones destinadas a impulsar la eficiencia energética en los distintos sectores y a contribuir al cumplimiento de las metas de ahorro. Estas iniciativas pueden recibir cofinanciación de otras fuentes, entre ellas los Fondos Europeos.
Se incrementa al 92% la deducción mediante CAE
Desde 2024, las empresas no están obligadas únicamente a realizar una aportación monetaria directa, sino que también pueden cumplir parte de su obligación a través de la compra y liquidación de Certificados de Ahorro Energético (CAE).
En el caso de 2026, el FNEE incorpora un aumento del porcentaje de la cuota que se puede cubrir con CAE. El límite máximo deducible pasa del 85% del año anterior al 92%. De este modo, las energéticas tendrán la posibilidad de compensar más de 1.721 millones de euros mediante certificados, reduciendo así el importe efectivo a ingresar en el FNEE, una vez liquidados los CAE, a menos de 150 millones de euros.
La propuesta de orden incluye además una estimación orientativa de las obligaciones de ahorro de energía que asumirán los sujetos obligados en los ejercicios 2027 y 2028.
Objetivos y costes previstos para 2027 y 2028
En este escenario, se prevé que los objetivos globales de ahorro de energía final alcancen los 900 ktep en 2027 y los 950 ktep en 2028. Para esos años, se calcula que la equivalencia financiera se sitúe en 2,43 millones de euros/ktep y 2,50 millones de euros/ktep, respectivamente. Además, se fija que el porcentaje mínimo de la obligación anual que deberá cumplirse necesariamente mediante aportaciones económicas al FNEE sea del 8% en 2027 y del 5% en 2028.
El sistema de Certificados de Ahorro Energético comenzó a funcionar en 2024 con la finalidad de incentivar el ahorro de energía. Un CAE es un documento electrónico que acredita que, tras ejecutar una actuación de eficiencia energética, se ha logrado un nuevo ahorro de energía final.
Este mecanismo permite convertir en valor económico los ahorros de energía y recuperar parte de la inversión en medidas de eficiencia (como el cambio de iluminación, la mejora del aislamiento térmico o la renovación de equipos industriales y domésticos), dado que el usuario final puede obtener una contraprestación si vende los ahorros conseguidos para su posterior certificación mediante el Sistema de CAE.