Las pensiones mínimas —según las cargas familiares— y las no contributivas experimentarán en 2026 un incremento de entre el 7% y casi el 11,5%, de acuerdo con las previsiones elaboradas por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
El análisis toma como punto de partida la revalorización ordinaria de las pensiones contributivas para 2026, fijada en el 2,7% tanto para las prestaciones de la Seguridad Social como para las de Clases Pasivas. Esta actualización se calcula con la fórmula recogida en la Ley de reforma de las pensiones, que utiliza como referencia el IPC interanual medio de doce meses, desde diciembre del año previo hasta noviembre del ejercicio en curso.
A partir de ese porcentaje general, el Ivie estima que las pensiones máximas aumentarán un 2,815%, situando su cuantía mensual en 3.359,60 euros. Las pensiones mínimas con cónyuge o familiares a cargo crecerán un 11,43%, las mínimas sin cargas familiares lo harán un 7,07% y las pensiones no contributivas avanzarán un 11,34%.
Con este conjunto de incrementos, la revalorización media efectiva del sistema se calcula en un 3,44%, lo que representa un coste adicional aproximado de 7.311 millones de euros.
Mejorar las pensiones para acercarse al umbral mínimo de pobreza
Con el objetivo de reforzar la equidad y la suficiencia del sistema, la última reforma de pensiones impulsada por el Gobierno con José Luis Escrivá al frente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones incluye mejoras en las pensiones no contributivas para aproximarlas al umbral mínimo de pobreza.
En 2024, las pensiones mínimas se incrementaron un 6%, mientras que las no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital (IMV) aumentaron un 9%, en ambos casos por encima del 2,8% aplicado a las pensiones contributivas.
De este modo, tras su actualización con el IPC, las pensiones no contributivas se elevarán de forma adicional para recortar en un 20% la distancia existente hasta alcanzar el 0,75 del umbral de riesgo de pobreza, calculado a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) para un hogar unipersonal.
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) seguirá la misma senda en 2026, ya que su cuantía está vinculada a la de las pensiones no contributivas.
Asimismo, la pensión mínima de jubilación contributiva para mayores de 65 años con cónyuge a cargo, una vez actualizada con el IPC, se incrementará de forma adicional con el fin de reducir en un 20% la brecha hasta llegar al 1,5 del umbral de riesgo de pobreza.
La meta es que, en 2027, la pensión mínima de jubilación contributiva con cónyuge a cargo alcance al menos 16.500 euros anuales, es decir, 1.178,5 euros mensuales en catorce pagas.
La cuantía mínima de la pensión de viudedad con cargas familiares y las de las pensiones contributivas con cónyuge a cargo —excepto la de incapacidad permanente total para menores de 60 años— se equipararán a la pensión mínima de jubilación contributiva de un titular mayor de 65 años con cónyuge a cargo.
El resto de pensiones contributivas mínimas, una vez revalorizadas, aumentarán adicionalmente en un porcentaje equivalente al 50% del incremento extra que reciba la pensión mínima de jubilación contributiva para mayores de 65 años con cónyuge a cargo, referida al umbral de riesgo de pobreza señalado.
Las pensiones no contributivas, por su lado, continuarán subiendo por encima de la revalorización media del conjunto de pensiones, con el objetivo de converger en 2027 con el 75% del umbral de pobreza calculado para un hogar unipersonal.
El gasto en pensiones crecerá un 5,8% en 2026
Para estimar el volumen de gasto en pensiones, el Ivie parte de las revalorizaciones calculadas y añade dos factores adicionales: el aumento previsto del número de pensiones y el denominado efecto sustitución, que refleja el mayor importe medio de las nuevas altas respecto a las pensiones que causan baja.
Con estos elementos, el estudio proyecta que el desembolso total en pensiones públicas rondará los 229.491 millones de euros en 2026, lo que supone un incremento del 5,81% frente a 2025.
De esa subida, la revalorización de las prestaciones representa 7.311 millones de euros, el 58% del total, mientras que el crecimiento del número de pensiones y el efecto sustitución aportan 5.299 millones de euros, el 42% restante.
En términos macroeconómicos, este escenario situaría el gasto en pensiones alrededor del 13% del Producto Interior Bruto (PIB), bajo la hipótesis de un crecimiento nominal del 5% en 2026.