Economía

Las salvaguardas agrícolas de la UE ligadas al pacto con Mercosur salvan el último trámite político

La UE cierra un acuerdo político para activar salvaguardas agrícolas ligadas al pacto con Mercosur y refuerza la protección frente a un posible impacto negativo.

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Las salvaguardas agrícolas de la UE ligadas al pacto con Mercosur salvan el último trámite político

Las salvaguardas agrícolas de la UE ligadas al pacto con Mercosur salvan el último trámite político

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Los equipos negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo cerraron este miércoles un entendimiento político para sacar adelante las salvaguardas planteadas por la Comisión Europea, con el fin de reforzar la protección de los agricultores comunitarios en caso de que el tratado de libre comercio entre la UE y Mercosur tenga un impacto muy negativo sobre su actividad.

“Excelente para los agricultores”, ha celebrado en una declaración en redes sociales el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, quien ha destacado que la negociación entre colegisladores ha terminado “en tiempo récord” (apenas unas horas) y garantiza una “protección más fuerte” a los agricultores europeos.

El nuevo escudo de protección, que incorpora un mecanismo para suspender las ventajas arancelarias concedidas a las exportaciones de Mercosur si se producen graves distorsiones en sectores especialmente sensibles para los europeos --como las aves de corral, la carne de vacuno, los huevos, los cítricos y el azúcar--, se tramita al margen del propio acuerdo comercial, aunque varios Estados miembro supeditaron su respaldo al tratado a la aprobación previa de estas herramientas.

De este modo, la Comisión Europea diseñó esta red de seguridad para tratar de atraer a los gobiernos más críticos con el pacto, entre ellos Italia y Polonia, y muy especialmente Francia, que mantiene su oposición al acuerdo, aunque por sí sola no alcanza la minoría de bloqueo necesaria para tumbarlo.

Los eurodiputados han conseguido endurecer los umbrales que activarán la investigación de la Comisión Europea para decidir la adopción de salvaguardas, ya que el Ejecutivo comunitario deberá actuar cuando las importaciones de productos sensibles aumenten de media un 8% y los precios se reduzcan en la misma proporción durante un periodo de tres años (frente al 10% que proponía inicialmente Bruselas, aunque sin llegar al 5% que reclamaban los propios eurodiputados).

El pacto político entre los negociadores todavía debe recibir el respaldo formal de los Veintisiete y del pleno del Parlamento Europeo, pero con este acuerdo se despeja el último obstáculo del procedimiento para estas medidas.

La aprobación de las salvaguardas era un requisito previo que la presidencia danesa del Consejo de la UE esperaba para plantear a los 27 la validación de la firma del tratado de libre comercio, con la intención de que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, viajen a Brasil para rubricar el acuerdo este mismo sábado.

No obstante, la presión de Francia e Italia para reclamar un retraso en la firma complica la obtención de la mayoría cualificada necesaria entre los Estados miembro, de modo que la cita en Brasil continúa en duda.

Los embajadores de los países de la Unión Europea revisarán la situación en una reunión convocada para esta misma noche, aunque, según indican a Europa Press diversas fuentes comunitarias, no está previsto someter el asunto a votación en ese encuentro.

La presidencia rotatoria del Consejo no tiene intención de someter el texto a decisión hasta que los números garanticen la luz verde a la firma y, en cualquier caso, la votación se trasladaría a otra reunión de embajadores el viernes, una vez concluida la cumbre europea, cuyo orden del día no incluye este asunto y se centra en la guerra en Ucrania.

Control reforzado y posible retirada de ventajas arancelarias

Bruselas contempla en esta propuesta procedimientos precisos para la puesta en marcha “oportuna y efectiva” de medidas sobre los productos agrícolas, con cláusulas específicas para artículos especialmente delicados como el azúcar, el etanol, los huevos, el arroz o la carne de vacuno y de aves de corral.

Una vez entre en vigor, la Comisión Europea vigilará de forma sistemática la evolución del mercado en relación con las importaciones de determinados productos agrícolas sensibles e informará cada seis meses al Consejo y al Parlamento Europeo sobre el efecto de esas importaciones en los mercados de la UE.

Este seguimiento periódico y detallado permitirá detectar cualquier riesgo en una fase temprana y reaccionar con rapidez para corregir posibles consecuencias negativas. El Ejecutivo comunitario examinará la situación del mercado europeo y, cuando proceda, estudiará casos concretos en uno o varios Estados miembro.

Si la investigación concluye que existe un daño grave o un riesgo claro de perjuicio, la UE tendrá la posibilidad de retirar temporalmente las preferencias arancelarias aplicadas a los productos responsables del impacto.