En junio, la inflación anual de la zona euro experimentó un leve aumento de una décima, situándose en el 2%, cumpliendo así con el objetivo de estabilidad a largo plazo fijado por el Banco Central Europeo (BCE), de acuerdo con la primera evaluación realizada por Eurostat.
El informe de Eurostat reveló que, durante el mismo mes, los precios de la energía disminuyeron un 2,7% en comparación anual, marcando una mejora frente al descenso del 3,6% registrado en mayo. En contraste, el precio de los alimentos frescos vio un incremento del 4,6% respecto al año anterior, lo cual representa un aumento de tres décimas respecto a mayo.
Por otro lado, el precio de los bienes industriales no relacionados con la energía ascendió un 0,5% en términos interanuales, mostrando una disminución de una décima en comparación con el mes anterior. Sin embargo, el coste de los servicios aumentó, alcanzando un 3,3%, desde el 3,2% del mes de mayo.
Excluyendo los efectos del precio de la energía, la inflación interanual para la eurozona en junio se mantuvo en 2,5%. La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía, alimentos frescos, alcohol y tabaco, se mantuvo estable en junio en el 2,3%.
Entre los países del grupo de los Veinte, las tasas más bajas se observaron en Chipre (0,5%), Francia (0,8%) e Irlanda (1,6%), mientras que las mayores alzas se dieron en Estonia (5,2%), Eslovaquia (4,6%) y Croacia (4,4%). En España, la tasa de inflación armonizada subió al 2,2% en junio, lo que representa un aumento de dos décimas respecto a mayo y un diferencial desfavorable en comparación con el promedio de la eurozona.