La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) ha hecho público este jueves un análisis elaborado a partir de datos oficiales de la Agencia Tributaria correspondientes a 2023, en el que constata que más de un millón de trabajadores por cuenta propia (1.066.197) declaran unos rendimientos mensuales por debajo de 900 euros. De ellos, casi 800.000 “sobreviven” con ingresos iguales o inferiores a 670 euros al mes, lo que representa más del 20% del conjunto de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social.
Para UPTA, estas cifras evidencian “un deterioro profundo y estructural del trabajo por cuenta propia en España” y ponen de manifiesto “una realidad incontestable”. A juicio de la organización, “la burbuja del emprendimiento ha estallado y está condenando a la precariedad y a la pobreza laboral a cientos de miles de autónomos, empujados al sistema sin un proyecto empresarial viable ni ingresos suficientes para vivir con dignidad”.
El estudio de UPTA, sustentado en estadísticas oficiales, identifica además lo que califica como una “anomalía”: un total de 460.980 autónomos figuran como cotizantes pero no declaran rendimiento alguno. En este colectivo, precisa la organización, se agrupan fundamentalmente autónomos colaboradores, socios de sociedades o personas que, en la práctica, no desarrollan una actividad económica efectiva.
Según la organización, una parte relevante de este grupo no debería estar incluida en el RETA. Por ello, plantea que se diseñen mecanismos alternativos, como la suscripción de convenios especiales con la Seguridad Social, similares a los que ya se aplican a otros colectivos específicos.
UPTA sostiene que “las políticas públicas basadas en incentivos indiscriminados al autoempleo, como la tarifa plana, han generado expectativas infundadas sobre el emprendimiento y han terminado empujando al sistema RETA a personas sin estructura empresarial, sin un mercado definido y sin capacidad real de generar ingresos suficientes”.
La organización matiza, no obstante, que dentro del grupo de autónomos con menores rendimientos coexisten realidades muy diversas y que una parte de ellos atraviesa situaciones extraordinarias o transitorias que explican sus bajos ingresos actuales.
En los tramos de menor rendimiento, detalla UPTA, se agrupan perfiles heterogéneos vinculados a dinámicas distintas del autoempleo: desde autónomos acogidos a la tarifa plana en las primeras fases de su negocio, hasta personas en pluriactividad, trabajadores por cuenta propia cercanos a la jubilación que continúan de alta para completar sus años de cotización, o socios de sociedades que no declaran rendimientos o lo hacen en niveles mínimos.
Fruto de este diagnóstico, la organización calcula que alrededor de 500.000 autónomos no tendrían que permanecer actualmente dentro del RETA y que sería preciso reorientar su posición en el mercado laboral, “garantizándoles un salario y unas condiciones de vida dignas, en lugar de mantenerlas atrapadas en un sistema que no les permite salir de la precariedad”.
El presidente de UPTA, Eduardo Abad, ha sido tajante al valorar la situación: “No podemos permitir que en España más de medio millón de autónomos estén condenados a la pobreza. Ninguna persona debería trabajar para ingresar menos de lo imprescindible para vivir. El RETA no puede seguir funcionando como un cajón de sastre donde cabe todo. Hay personas cotizando sin ingresos y otras atrapadas en actividades que nunca debieron ponerse en marcha”.