En junio, el 81% de los 9.607 trenes de alta velocidad y larga distancia de Renfe lograron llegar a su destino con menos de 15 minutos de retraso, registrando un promedio de demora de 19 minutos en todos sus servicios.
Renfe ha divulgado por primera vez estos datos, en un contexto donde la percepción pública frecuentemente asume que los trenes sufren atrasos constantes.
De acuerdo con las estadísticas de Renfe, 7.783 de los 9.607 trenes operados en junio mantuvieron un retraso menor a 15 minutos. Además, un 63,8% no superó los 5 minutos de demora; un 90,8% arribó antes de los 30 minutos; y el 96,8% antes de cumplirse una hora, lo cual indica que 307 trenes experimentaron retrasos superiores a una hora.
En cuanto a los trenes Avant, el 94% (3.903 de 4.151 trenes) registró retrasos menores a 15 minutos, con un retraso promedio de 10 minutos. Solo 46 trenes tuvieron demoras que excedieron la hora.
En la categoría de media distancia, el 84,9% llegó dentro del margen de 15 minutos, con dos de cada cien trenes superando la hora de retraso, y un promedio de demora de 15 minutos.
Voces del sector ferroviario critican cómo las incidencias afectan la imagen pública del transporte en tren, atribuyendo parte del problema a la rapidez con la que se difunden los contratiempos en redes sociales.
La entrada de nuevos competidores ha incrementado el uso de los trenes en un 77% comparado con la época en que Renfe era el único operador. Continúan las obras para aumentar las vías en las estaciones, lo que también contribuye a las incidencias. Se subraya que, a diferencia de las carreteras o el espacio aéreo, si un tren se detiene, los demás trenes detrás también deben parar.