México pondrá en marcha un nuevo paquete de aranceles dirigido a países con los que no tiene firmado un tratado de libre comercio, con la meta de salvaguardar 350.000 puestos de trabajo vinculados a industrias consideradas estratégicas para la economía nacional.
El Ejecutivo mexicano, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum y con la aprobación del Congreso, ha definido 1.464 fracciones arancelarias sobre las que se aplicarán estos gravámenes a mercancías procedentes de 17 ramas productivas que se pretende fortalecer en el país, según detalló el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, durante la conferencia de prensa diaria de la mandataria.
“Si no produces en México, tienes que pagar un arancel”, sintetizó Ebrard, quien precisó que los nuevos tipos impositivos no obedecen “un diseño geopolítico”, sino que están orientados exclusivamente a defender la planta productiva nacional. En este sentido, recordó que México compra al exterior, sobre todo a Asia, diez veces más de lo que vende a esa región.
El responsable de Economía ilustró el impacto sobre la industria mexicana con los sectores más golpeados: textil y confección, calzado y acero. En conjunto, la destrucción de empleo asociada al incremento de importaciones en los últimos años se situaría en torno a 350.000 puestos, de los que 250.000 corresponderían a los dos primeros sectores.
Otro ámbito presionado por la entrada de productos foráneos, principalmente asiáticos, es el automotriz, dado que México figura como el quinto fabricante mundial de vehículos. Ebrard aludió a este segmento por el repunte del 34% en las compras de autos ligeros procedentes de países con los que no existe acuerdo comercial.
La iniciativa se enmarca en el denominado Plan México, orientado a reforzar la producción interna. Ebrard indicó que el objetivo es incrementar un 15% la manufactura nacional, sustituir determinadas importaciones, relanzar el sello “Hecho en México”, elevar la inversión un 25% de cara a 2026, crear 1,5 millones de empleos y conseguir que la mitad de los proveedores y del consumo tengan origen nacional.
Al mismo tiempo, el país pretende evitar una dependencia excesiva de un único origen de importaciones y conservar un abanico amplio de suministros desde naciones con las que sí mantiene tratados comerciales.
Como efecto derivado de este programa, Ebrard adelantó que el nuevo paquete arancelario supondrá un encarecimiento de los productos de alrededor de 1,2 puntos porcentuales.