Natixis Investment Managers (IM) ha trasladado este jueves en una reunión con periodistas que, de cara a 2026, su apuesta principal se inclina por el mercado estadounidense frente al europeo, aunque hace una salvedad relevante con España dentro del Viejo Continente, al identificarla como su gran motor.
El director global de estrategias de mercados de la gestora, Mabrouk Chetouane, ha explicado que la economía de Estados Unidos parte con una ventaja clara frente a Europa por unas previsiones de expansión más favorables —del 2,1% frente al 1,1%—, así como por un escenario de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) que situaría el precio del dinero en un nivel neutral del 3% y con un dólar sin grandes sobresaltos durante el próximo ejercicio.
Según ha recordado, en la reunión de ayer la Fed redujo los tipos hasta el 3,5% y, en su actualización de previsiones macroeconómicas, proyectó que el PIB de EEUU avanzará un 2,3% en 2026, lo que, a su juicio, confirma una dinámica de aceleración de la actividad económica.
Este contexto, ha señalado, favorecerá especialmente a las compañías de mediana capitalización, mientras que en Europa el panorama es de enfriamiento, al moderarse el crecimiento del PIB del 1,4% al 1,1%. No obstante, Chetouane ha insistido en que es imprescindible diferenciar por países dentro del bloque.
En este sentido, ha puesto en valor el comportamiento del mercado español frente a otros grandes como el francés o el italiano, ya que en España el principal impulso ha venido de los beneficios empresariales y no tanto de las valoraciones, es decir, apoyado en unos fundamentales sólidos.
Por sectores, Chetouane ha detallado que en Europa mantienen una visión positiva sobre el financiero, el bancario y las ‘utilities’. De hecho, ha recalcado que, pese a las fuertes subidas registradas por la banca en los últimos años, siguen percibiendo a las entidades financieras cotizando a múltiplos atractivos.
En relación con el sistema financiero europeo, el responsable de Natixis IM ha tildado de “completamente irresponsable” y “suicida” las recientes manifestaciones de la miembro del Banco Central Europeo (BCE), Isabel Schnabel, en las que abría la puerta a un posible incremento de los tipos de interés: “Necesitamos una Europa que invierta más”, ha defendido, reclamando un entorno de crédito más favorable.
Ha añadido además que el BCE podría continuar recortando tipos si se intensifican las fuerzas deflacionistas, entre ellas la llegada masiva de productos chinos desviados hacia Europa tras ser expulsados del mercado estadounidense por los aranceles.
Otra de las grandes brechas entre EEUU y Europa, ha subrayado Chetouane, es la productividad. Más allá del impulso que pueda aportar la IA en los próximos años, las series históricas desde finales del siglo XX muestran una diferencia estructural que, en su opinión, explica también por qué el PIB estadounidense avanzará el doble que el europeo en 2026.
Al hilo de ello, ha reconocido que la productividad es el principal punto débil de la economía española: “Es muy baja y es condición ‘sine que non’ para generar crecimiento futuro a largo plazo”, ha afirmado. Pese a ello, ha reiterado que España seguirá siendo el gran motor del crecimiento en Europa gracias a la fortaleza de su demanda interna y a su reducida exposición a las exportaciones, un patrón que contrasta con el de países como Francia y Alemania.
Sobre Alemania, el experto ha rebajado las expectativas que se habían generado en torno a su economía y a los ambiciosos programas fiscales anunciados, ya que considera “imposible” la proyección de aumento del PIB del 1,2% para 2026. A su entender, ese crecimiento se repartirá en varios ejercicios más allá de ese año.
Profundizando en las divergencias entre ambas orillas del Atlántico, Chetouane ha destacado que el nivel de ahorro en Europa se mantiene muy elevado, cercano al 20% en las principales economías: “Hay 15 puntos de diferencia entre EEUU y Europa, lo que demuestra porque una economía es dinámica y la otra no”, ha remarcado.
En paralelo, el especialista ha indicado que mantienen una visión constructiva sobre los mercados chinos y asiáticos, muy ligados a la gran narrativa tecnológica —donde descartan un escenario de burbuja—, que continuará atrayendo capital e impulsando beneficios en 2026. Como ejemplo, ha mencionado que Corea del Sur cuenta con previsiones de incremento de beneficios del 20% para el próximo año.
Además, ha señalado que las bolsas chinas cuentan con el apoyo adicional de las compras domésticas de acciones, alentadas por las propias autoridades para canalizar inversión hacia compañías locales.
En otro orden de cosas, la directora de soluciones de inversión para España y Latinoamérica, Carmen Olds, ha señalado que, pese a que 2025 ha sido un ejercicio de retornos muy elevados para los mercados, los flujos de dinero han mantenido un sesgo prudente, orientándose principalmente hacia el mercado monetario y la deuda de corta duración.
Aun así, ha puesto de relieve el repunte de la inversión temática impulsada por la IA y la defensa, mientras que todo lo vinculado a la transición energética ha sufrido un retroceso notable.
“Mucha incertidumbre, pero también oportunidades para 2026”, ha sintetizado Olds al referirse al escenario que se abre para los próximos años, en el que también anticipa un mayor apetito por los mercados privados.
Por su parte, el ‘country manager’ de Natixis IM en España, Javier García de Vinuesa, ha reivindicado 2025 como un “súper año”, tanto para la industria en su conjunto como para el negocio de gestión de activos.
En el caso concreto de España, ha celebrado que la firma ha logrado a lo largo del ejercicio más de 4.000 millones de euros de entradas netas: “La fórmula del fondo es innmejorable por los tratamientos fiscales”, ha apuntado.
Asimismo, ha defendido el papel de la gestión activa frente a la pasiva: “Cuanto más haya en inversión pasiva mejor para nosotros, más oportunidades habrá para el inversor final”, ha concluido, reivindicando el valor añadido de la selección activa de valores, tanto en el Ibex 35 como en otros índices de referencia internacionales.











