El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha proyectado que en los próximos dos años se incrementarán las complicaciones en la red ferroviaria debido a la introducción de nuevos trenes susceptibles a fallos y la coexistencia con trenes viejos ya obsoletos.
En su intervención voluntaria ante el Congreso de los Diputados para detallar la situación actual de los trenes, Puente reconoció esta situación como una fase necesaria para modernizar la flota y mejorar la calidad del servicio a futuro.
Puente expresó su decepción por no haber incorporado trenes de larga distancia en 15 años y de cercanías en 17 años. Sin embargo, el reciente lanzamiento del tren Avril de Talgo, serie 106 de Renfe, ha presentado problemas.
«Recientemente hemos tenido una incidencia muy seria en estos trenes al detectar en un una revisión rutinaria algunas fisuras en los bogies de los trenes que sirven en la línea Madrid-Barcelona, lo que nos ha obligado a retirarlos de la circulación, con las afectaciones lógicas que eso supone», explicó Puente.
Puente ha mencionado que los nuevos trenes que se comenzarán a utilizar el próximo año podrían experimentar estos «pecados de juventud», mientras que los más antiguos podrían fallar debido a su edad avanzada.
«Quiero ser muy cauto porque yo me las prometía muy felices con el tren Avril y luego no ha sido tanto. Me temo que los dos siguientes años vamos a encontrarnos en las dos partes de la curva, con un material nuevo que algún problema dará y con un material en sus últimos años de vida», dijo Puente.
Además, informó que de los 500 trenes nuevos ordenados el año pasado, los primeros de cercanías serán entregados a principios del próximo año, a un ritmo de dos por semana. También ha iniciado conversaciones con fabricantes para un nuevo pedido masivo, incluyendo una reciente visita a la fábrica de Siemens en Alemania.
