El presidente Pedro Sánchez ha sostenido una importante conversación el miércoles con líderes de grandes corporaciones –incluyendo bancos, fundaciones y entidades comerciales– y expertos en economía y políticas públicas, centrada en el enfoque hacia la financiación e inversión en naciones en desarrollo.
El diálogo tuvo lugar al margen de la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la ONU en Sevilla, donde se discutió cómo las entidades multilaterales pueden incrementar su impacto en el desarrollo.
Entre los participantes estuvieron Sim Tshabalala, consejero delegado de Standard Bank; Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia; y Andrew Wilson, secretario general adjunto de la Cámara de Comercio Internacional. También se contó con la presencia de Shinta Kamdani, consejero delegado de Sintesa Group; José Viñals, asesor senior del Standard Chartered Bank; y Beatrice Nere, responsable de la Fundación Gates para el Sur de Europa, G7 y G20.
Estos líderes empresariales destacaron la importancia del ‘Compromiso de Sevilla’ aprobado por consenso en la conferencia de la ONU y exhortaron al Gobierno a implementar de manera efectiva lo convenido.
Sánchez ha promovido el fortalecimiento de la colaboración entre el sector público y privado, subrayando el papel crucial del sector privado en el avance de los ODS.
Adicionalmente, Sánchez junto con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se reunieron con varias figuras destacadas en el campo del desarrollo económico y las finanzas públicas, incluyendo a Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo; el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz; Martín Guzman, exministro de Economía de Argentina; José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda de Colombia; y la economista Mariana Mazzucato.
Desde Moncloa señalan que España ha mantenido una postura «pragmática y alineada con los retos globales al desarrollo» en la Declaración de Sevilla, catalogándolo como un éxito diplomático en el contexto internacional actual.
Asimismo, han solicitado la continuidad de los acuerdos a través de mecanismos de financiación innovadores, destacando un «papel central de los bancos regionales para movilizar recursos en países empobrecidos» y han instado a un «impulso europeo», pidiendo a España que involucre más activamente a la Unión Europea.
















