En junio, el sector privado en Estados Unidos registró una reducción de 33.000 empleos, marcando la primera ocasión en que esto ocurre desde el brote de la pandemia. Este cambio representa un contraste significativo con los 29.000 empleos creados el mes anterior, de acuerdo con el informe emitido por la consultora ADP.
El análisis revela una variación notable entre los sectores de producción de bienes y servicios. Mientras el sector de bienes añadió 32.000 empleos, el sector servicios experimentó una considerable disminución, perdiendo 66.000 puestos. Específicamente, el sector industrial sumó 15.000 nuevos empleos.
En cuanto al tamaño empresarial, las grandes empresas, aquellas con más de 500 empleados, incorporaron 30.000 nuevos trabajos. Por otro lado, las empresas medianas, con una plantilla de 50 a 499 empleados, eliminaron 15.000 puestos de trabajo y las pequeñas empresas, con menos de 50 trabajadores, perdieron 47.000 empleos.
«Aunque los despidos siguen siendo poco frecuentes, la indecisión a la hora de contratar y la reticencia a sustituir a los trabajadores salientes se tradujo en pérdidas de empleo el mes pasado», explicó Nela Richardson, economista jefe de ADP. «Sin embargo, la ralentización de la contratación aún no ha afectado al crecimiento de la masa salarial», agregó.
Los salarios aumentaron un 4,4%, ligeramente por debajo del incremento del mes de mayo. Mientras tanto, las nóminas mostraron un aumento generalizado en todas las categorías de empresas, con excepción de las pequeñas, de 20 a 49 trabajadores (4,1%), y las microempresas, de 1 a 19 empleados (2,7%).