El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado la relevancia de reforzar la Política Agraria Común (PAC) y la Política Pesquera Común (PPC), indicando que la seguridad alimentaria de Europa depende de mantener estas políticas ‘fuertes, con recursos suficientes y bien orientadas’ en el contexto del próximo Marco Financiero Plurianual.
Durante una intervención en Roma, en un evento junto a Francesco Lollobrigida, su homólogo italiano, dentro del 21º Foro de Diálogo Italia-España, Planas ha criticado la falta de ‘cohesión y claridad estratégica’ en la propuesta actual de la Comisión Europea para la futura PAC, la cual, según él, ‘no protege a agricultores ni ganaderos como debería’. Además, ha enfatizado que ‘la seguridad alimentaria es una política para toda la sociedad, no solo para el campo’ y ha subrayado la importancia de no fragmentar el mercado único con ayudas nacionales.
Por otro lado, ha mencionado el ‘diálogo permanente y estratégico’ entre los estados miembros de la Unión Europea, con el fin de ‘asegurar la seguridad alimentaria presente y futura, con financiación adecuada’.
GRANDES DESAFÍOS PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
Planas ha identificado cuatro grandes desafíos para la seguridad alimentaria: adaptar la agricultura al cambio climático mediante riegos modernos, aguas alternativas y técnicas genómicas; reforzar la gestión del riesgo agrario a través de seguros y sistemas de resiliencia; manejar la geopolítica y el comercio internacional para aprovechar oportunidades sin caer en proteccionismos; y controlar los costes crecientes de producción, en especial los fertilizantes, para mantener alimentos de calidad a precios accesibles.
Asimismo, ha resaltado la posición clave de España e Italia en el suministro alimentario de Europa, basado en un modelo de calidad, diversidad y sostenibilidad, y ha destacado la importancia de que ambos países tengan ‘capacidad de decisión clara en Europa’. Finalmente, ha apuntado que la seguridad alimentaria implica un equilibrio entre cantidad, calidad y precio de los alimentos, recordando que, aunque Europa tiene una buena situación, ‘en el mundo 683 millones de personas sufren hambre y el 28% de la población afronta malnutrición’. ‘Una situación que nos obliga a actuar juntos’, concluyó.
