La plantilla de Mercedes Vitoria llevará a cabo esta semana paros de una hora por turno, de lunes a jueves, impulsados por los sindicatos ELA, LAB y ESK, con el objetivo de “responder al deterioro alarmante” de las condiciones de trabajo y de la conciliación familiar.
Las organizaciones sindicales explican que estos paros buscan dar un giro a la situación actual después de constatar “incumplimientos continuados” por parte de la empresa y un “empeoramiento general de la situación”. Además, avanzan que a lo largo del mes se desarrollarán nuevas movilizaciones, todavía pendientes de concretar.
De este modo, de lunes a jueves la plantilla detendrá la actividad una hora en cada turno, en las franjas de 13.00 a 14.00 horas, de 14.00 a 15.00 horas, de 23.00 a 0.00 horas y de 05.00 a 06.00 horas.
En el pleno del Comité celebrado el pasado 1 de diciembre, ELA, LAB y ESK incorporaron al orden del día un punto en el que denunciaban diversas situaciones que afectan “gravemente al conjunto de la plantilla: incumplimientos reiterados de acuerdos, falta de compromiso frente a los riesgos psicosociales, desprecio a las firmas contra la novena hora, empeoramiento evidente de la movilidad hacia la fábrica, desigualdad de condiciones para personas contratadas vía ETT y creciente judicialización de las relaciones laborales”.
En la votación del Comité, ELA, LAB y ESK respaldaron la propuesta con 20 votos, mientras que UGT, CCOO y Ekintza optaron por la abstención, con nueve votos. Con este apoyo mayoritario, el Comité acordó poner en marcha en diciembre una campaña de movilizaciones y paros.
El Comité sostiene que ha llegado el momento de que la plantilla y sus representantes digan “basta ya”, defendiendo sus derechos ante el trato recibido por la empresa y reclamando un cambio claro en su forma de actuar. “Esperar a la próxima negociación del convenio sería un error. Si ahora no se demuestra el hartazgo colectivo ante los incumplimientos actuales, en la negociación del convenio la empresa intentará avanzar todavía más en su ofensiva”, advierte.
Entre los problemas señalados por la representación de los trabajadores figuran la “denegación de disfrutes, la presión laboral constante, el incremento de cargas de trabajo, las dificultades de conciliación, la falta de atención al bienestar mental y a la salud, la odisea diaria para aparcar o usar el autobús, la negativa a licencias legales o la explotación de compañeros y compañeras a través de ETT”.










