En junio, la actividad manufacturera de Estados Unidos experimentó un significativo repunte al registrar el índice de gerentes de compras (PMI) elaborado por S&P Global 52,9 puntos, superando los 52 puntos del mes anterior y marcando el pico más elevado desde mayo de 2022.
La agencia indicó que este es el primer aumento de la producción desde febrero y destacó su carácter «sólido». Adicionalmente, los nuevos pedidos han crecido por sexto mes seguido, impulsados por la demanda tanto nacional como internacional. Igualmente, la contratación se incrementó, alcanzando un nivel no visto en los últimos dos años y medio.
Por otro lado, los aranceles han seguido influenciando «notablemente» las decisiones de compra y los precios. Los datos más recientes revelan que los fabricantes han aumentado la adquisición de insumos al ritmo más acelerado desde abril de 2022, a veces acumulando stock ante la incertidumbre comercial y de precios.
El gasto en insumos continuó su fuerte ascenso y la inflación tocó su punto más alto en casi tres años. Los costes de producción también experimentaron su mayor expansión desde septiembre de 2022.
«Tras tres meses de descenso, la producción manufacturera estadounidense volvió a crecer en junio con un aumento de la carga de trabajo que se vio impulsada por los pedidos de clientes nacionales y de exportación», explicó Chris Williamson, economista jefe del área de empresas de S&P Global Market Intelligence.
«Sin embargo, al menos parte de esta mejora se ha debido a la acumulación de existencias. […] Por lo tanto, parece probable que esta recuperación se traduzca en una ralentización del crecimiento a medida que nos adentremos en el segundo semestre», agregó.
«Las presiones sobre los precios ya se están intensificando, y las fábricas volvieron a informar de unos fuertes aumentos de costes en junio vinculados a los aranceles que están repercutiendo a los clientes. […] Un dato más alentador es que la confianza empresarial ha seguido mejorando desde el mínimo de abril», concluyó el analista.