Un grupo selecto de corporaciones está detrás de la mayor parte del incremento en la productividad a nivel global, de acuerdo con el análisis ‘El poder de una sola: cómo las empresas destacadas impulsan la productividad nacional’ realizado por el McKinsey Global Institute (MGI).
En una era marcada por cambios geopolíticos, demográficos y tecnológicos, el fortalecimiento de la competitividad y productividad es crucial. El informe de MGI desafía la noción convencional sobre el origen del crecimiento de la productividad nacional, atribuyéndolo a decisiones estratégicas específicas de ciertas empresas.
El informe evalúa 8.300 grandes empresas de Alemania, Reino Unido y Estados Unidos entre 2011 y 2019, incluyendo casos de estudio detallados, y descubre que menos de 100 empresas sobresalientes son responsables de dos tercios del aumento en la muestra de 8.300 grandes empresas en estos países, aunque el resto también contribuye positivamente.
El estudio también destaca que el aumento de la productividad de las empresas impulsa el crecimiento económico, elevando los salarios y los beneficios empresariales. Señala además que el crecimiento de la productividad se logra mediante saltos significativos y no a través de mejoras graduales. Este avance ocurre cuando las empresas hallan nuevas maneras de generar y escalar valor.
Empresas como Apple, que se ha expandido al sector de servicios, easyJet, que lidera el modelo de aerolíneas de bajo coste, o Zalando, que ha revolucionado la venta online de moda, son ejemplos de este fenómeno, según MGI, que apunta que ‘no se trata de una mejora incremental de la eficiencia ni de una difusión progresiva, como suele creerse’.
En Estados Unidos, las empresas más productivas han crecido, mientras que las menos eficientes se han reestructurado o desaparecido del mercado, un dinamismo que ‘explicó la mitad del crecimiento de la productividad en la muestra estadounidense’. En contraste, en Alemania y Reino Unido, las empresas ineficientes tienden a permanecer en el mercado, lo que impide el crecimiento.
Por ello, el informe sostiene que ‘esta nueva perspectiva requiere un cambio de enfoque’, proponiendo ‘centrarse en el impacto transformador de unas pocas empresas líderes, en la creación de valor por encima de la eficiencia y en una redistribución activa de recursos hacia quienes están generando verdadero crecimiento’.
ESTRATEGIAS VALIENTES PARA CRECER
‘La mayor parte del crecimiento en productividad proviene de unas pocas empresas que hacen cosas audaces, las llamamos ‘standouts», ha afirmado el socio sénior de McKinsey y director de MGI, Chris Bradley, quien también destacó que ‘frente a la visión convencional, no es que todas las empresas avancen un poco, sino que unas pocas avanzan muchísimo’.
El socio de MGI Jan Mischke comentó que ‘estas compañías no tienen necesariamente mucho en común entre sí, salvo una cosa’, que ‘todas logran crear y escalar propuestas de valor y modelos de negocio superiores mediante estrategias valientes’. ‘Hacer las cosas bien es importante, pero hacer cosas diferentes lo es aún más’, enfatizó.
‘Al centrarnos en las empresas y estudiar en profundidad qué distingue a las que destacan, obtenemos una nueva perspectiva sobre cómo se genera la productividad. Esto exige repensar nuestras estrategias. Un nuevo enfoque debería priorizar el impacto de unos pocos actores frente al conjunto, centrarse más en la creación de valor que en la pura eficiencia, y redirigir recursos hacia los líderes del mercado’, subrayó.
LA PRODUCTIVIDAD DE ESTADOS UNIDOS
La socia sénior de McKinsey y directora de MGI, Olivia White, ha afirmado que ‘Estados Unidos supera a las principales economías europeas en términos de crecimiento de la productividad’ y que al analizar las empresas se entiende por qué.
‘En Estados Unidos, casi la mitad del crecimiento de la productividad procede de empresas muy productivas que ganan terreno a costa de otras menos eficientes que se reestructuran o abandonan el mercado. En cambio, en Alemania y Reino Unido, el panorama es más estático y las compañías menos productivas siguen lastrando el crecimiento. En una década, los nuevos entrantes apenas han contribuido al aumento de la productividad’, concluyó.
