La posibilidad de que España no participe en el Festival de Eurovisión 2026 si Israel está presente, decisión tomada por el Consejo de Administración de RTVE, ha generado un intenso debate que trasciende lo político para adentrarse en las esferas económica y turística del país.
La no participación de España en este magno evento televisivo europeo tendría una repercusión directa en los ingresos por publicidad, en la proyección internacional de la marca España y en el atractivo turístico asociado al evento.
El festival no solo es una celebración de la música, sino también un poderoso motor de la industria cultural que atrae a millones de espectadores, turistas e inversores anualmente. Las ciudades anfitrionas se benefician económicamente de manera significativa, recibiendo a decenas de miles de visitantes en solo una semana.
Aunque en 2026 España no sería sede, la transmisión del festival por RTVE atrae a millones de telespectadores cada año, resultando en importantes ingresos publicitarios para la corporación pública y promocionando ampliamente la cultura española en Europa.
TURISMO Y HOSTELERÍA: UN ESCAPARATE PERDIDO
Las ciudades españolas también se benefician de forma indirecta. Cada edición del festival incita a hoteles, bares, restaurantes y espacios culturales a organizar eventos temáticos, retransmisiones y actividades paralelas. El Benidorm Fest, en particular, ha transformado a Benidorm en un destacado destino turístico de invierno y ha impulsado la economía local.
La retirada de España del certamen no solo implicaría la pérdida de su aportación económica a la UER, sino también la pérdida de los derechos de emisión, privando a la audiencia española de uno de los espectáculos más seguidos desde su debut en 1961.
En un contexto de recuperación turística post-pandemia, ‘renunciar a una plataforma de este calibre es dar un paso atrás en competitividad’, según expertos. La decisión de RTVE, pendiente de la resolución final de la UER sobre la participación de Israel, podría resultar en la primera ausencia de España en el festival desde 1961, afectando gravemente la promoción turística, la proyección internacional y la visibilidad de su industria musical y hostelera.