La diferencia entre lo que abona el consumidor y lo que termina ingresando el ganadero por el cordero y el cabrito se ha ampliado en el último año. Mientras el importe que recibe el productor se ha reducido un 8%, el precio final en los puntos de venta para el consumidor se ha encarecido un 2,5%, de acuerdo con los datos de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, que alerta de un problema de carácter estructural en la cadena.
La organización agraria subraya que el índice de precios al consumidor se sitúa por encima de los niveles que cobran los ganaderos, lo que ha ido estrechando el margen para el productor a lo largo del ejercicio. Este contexto, advierte, desanima el consumo de carne de cordero y cabrito y acelera su pérdida de peso en el mercado.
Como respuesta, la Unión de Uniones plantea la necesidad de un reparto más equilibrado del valor a lo largo de toda la cadena de ovino y caprino de carne, una “férrea” defensa de los apoyos a la renta y la puesta en marcha de ayudas adicionales destinadas a modernizar las explotaciones ganaderas y facilitar que puedan ofrecer precios más competitivos.
Con la vista puesta en la campaña navideña, Unión de Uniones ha pedido a las familias que revisen el origen de los productos que vayan a consumir. “Sabemos que la sociedad está a nuestro lado y confiamos en que esta Navidad se consuman productos locales”, ha señalado la organización, que insiste en la importancia de optar por carne procedente de explotaciones del entorno.