El Banco de España ha actualizado su marco de prioridades analíticas para los próximos años, fijando como ejes centrales de investigación los pilares de la banca central, los desafíos de la economía española, la resiliencia de Europa en un entorno de transición y las grandes tendencias globales.
Concluido el periodo de vigencia de las prioridades para 2020-2024, la institución ha definido ahora cuatro grandes bloques temáticos, interrelacionados entre sí, en torno a los cuales se articularán las nuevas líneas de investigación consideradas prioritarias.
Entre estas áreas se incluyen, en primer lugar, cuestiones ligadas a los fundamentos de la banca central, como la inflación y la política monetaria, la política macroprudencial y la estabilidad financiera, la solvencia del sistema bancario, la exclusión financiera, así como el diseño de los billetes y el euro digital.
Otro de los focos se centrará en los retos específicos de la economía española, con especial atención a la evolución de la productividad, la situación demográfica y la inmigración, las dificultades de acceso a la vivienda, la sostenibilidad de las cuentas públicas y el funcionamiento del mercado laboral.
Asimismo, se estudiará la capacidad de resiliencia de Europa en un contexto de transformación, poniendo el acento en el papel económico de la Unión Económica y Monetaria, los riesgos geopolíticos y la incertidumbre, el efecto del cambio climático y las transiciones ecológica y tecnológica, incluida la inteligencia artificial.
El organismo dirigido por José Luis Escrivá también incorporará entre sus prioridades el análisis de las tendencias globales, mediante trabajos multidisciplinares sobre el impacto de los cambios demográficos y climáticos y de la transición energética en los riesgos económicos y financieros, así como sobre la influencia de la calidad institucional y de la fragmentación económica.
Para desarrollar estas líneas, el Banco de España detalla en una nota que recurrirá a enfoques analíticos que den protagonismo a la modelización y a la comunicación de la incertidumbre, al uso de datos granulares, a la consideración de la heterogeneidad en todas las dimensiones de análisis, a la incorporación de los avances tecnológicos más recientes —como la Inteligencia Artificial— y a la colaboración entre distintas disciplinas. Además, la institución revisará y ajustará estas prioridades con carácter anual.
“Estas prioridades de investigación permitirán mejorar la capacidad de diagnóstico del Banco de España y el proceso de toma de decisiones, así como su influencia en los principales debates económicos nacionales e internacionales”, ha asegurado el organismo.