Rechazo mayoritario en la UE a los recortes de la PAC propuestos para 2027, mientras que los países frugales exigen decisiones difíciles

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La mayoría de los gobiernos de la Unión Europea ha desestimado el viernes los recortes propuestos por la Comisión Europea a la Política Agraria Común (PAC) y a los fondos de Cohesión para el ciclo presupuestario 2028-2034. Sin embargo, naciones consideradas frugales como Alemania y Países Bajos han insistido en la necesidad de adoptar decisiones dolorosas.

Los estados miembros han señalado que necesitan más tiempo para evaluar los detalles de la propuesta de Bruselas, presentada hace solo dos días, subrayando la importancia de proteger dos programas vitales para la cohesión de la UE.

La Comisión Europea sugirió un recorte superior al 20% en los fondos destinados a la PAC a partir de 2027, reduciendo este presupuesto de aproximadamente 400.000 millones a un límite de 300.000 millones.

En España, la reducción también es cerca del 20%, con una asignación futura de 88.100 millones, de los cuales 79.900 millones se destinarán a la agricultura, la pesca y los programas regionales, frente a los 100.000 millones del periodo anterior. Nuestra primera impresión es que quedan desvirtuados tanto el apoyo al desarrollo rural como a regiones menos desarrolladas, con el enorme coste territorial y político que ello puede conllevar, lamentó Fernando Sampedro, secretario de Estado para la Unión Europea, en la reunión de ministros de Asuntos Generales de la UE en Bruselas este viernes.

Sampedro expresó preocupación por el enfoque de ejecución centralizada de los planes nacionales y regionales propuesto por la Comisión, que se basa en el diseño del mecanismo de recuperación y resiliencia, con cofinanciación y certificación, condicionalidad y cumplimiento de hitos y objetivos.

Benjamin Haddad, ministro francés de Asuntos Europeos, también ha mostrado su vigilancia frente a los recortes, mientras que János Bóka, de Hungría, ha demandado una PAC independiente con financiación estable y ha criticado el modelo centralizado para la distribución de fondos regionales. Martin Dvorak, ministro checo, ha señalado que la fusión de la política de cohesión y la PAC podría generar problemas debido a las diferencias en sus normas y objetivos, abogando por mantener estas políticas separadas para asegurar una implementación efectiva.

Xavier Bettel, ministro luxemburgués, y Tommaso Foti, su homólogo italiano, han destacado la necesidad de transmitir mensajes sensibles a los agricultores. Queremos una PAC sólida y dedicada que ofrezca todas las herramientas de apoyo necesarias, enfatizó Thomas Byrne, ministro irlandés de Asuntos Europeos. Estonia, Letonia y Lituania también se han mostrado escépticos con los recortes pronunciados en programas que consideran vitales para Europa y han solicitado que se tomen más en serio en el presupuesto.

Por otro lado, los ministros de Alemania, Austria, Finlandia, Países Bajos y Suecia han sugerido centrarse no en cómo la UE puede gastar más, sino en cómo puede gastar mejor, advirtiendo de la necesidad de tomar decisiones dolorosas porque no todo es posible. Esta propuesta de la Comisión es solo el comienzo de un proceso de negociación que durará al menos dos años con los gobiernos y el Parlamento Europeo.

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