La firma alemana de energía RWE reportó un beneficio neto atribuido de 1.454 millones de euros durante la primera mitad de 2025, reflejando una reducción del 64,6% respecto al mismo lapso del año previo.
En términos ajustados, las ganancias netas de RWE en los primeros seis meses decrecieron un 43%, alcanzando los 775 millones de euros, mientras que el Ebitda ajustado se situó en 2.139 millones, un descenso del 26% en comparación con el año anterior. Por otro lado, los ingresos externos sumaron 10.058 millones de euros, mostrando una disminución del 10,3%.
RWE explicó la reducción de sus ganancias en el semestre inicial del año debido a la ‘normalización de los ingresos en el segmento de Generación Flexible, así como a un débil rendimiento comercial hasta la fecha’, resaltando la menor eficacia de las condiciones eólicas en Europa, lo cual llevó a una producción eólica marina y terrestre inferior al año pasado, resultando en menores beneficios.
Al finalizar el semestre, la deuda neta de la empresa ascendió a 15.509 millones de euros, un 38,7% más que al inicio del año, debido principalmente al alto volumen de inversiones.
‘Tras haber alcanzado la mitad de nuestro objetivo anual de beneficio ajustado por acción, confirmamos nuestras previsiones y nuestro objetivo de dividendo para 2025’, indicó Markus Krebber, consejero delegado de RWE.
En consecuencia, la ‘utility’ sigue proyectando para 2025 un Ebitda ajustado de entre 4.550 y 5.150 millones de euros y un beneficio neto ajustado de entre 1.300 y 1.800 millones de euros, lo que se traduce en 2,10 euros por acción, basándose en el promedio del rango. Adicionalmente, la compañía espera lograr un beneficio neto ajustado por acción de alrededor de 3 euros para 2027 y de 4 euros por acción para 2030.