Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair, instó este miércoles a la Comisión Europea a disminuir los impuestos ambientales sobre la aviación mediante una reforma del sistema de compensación de emisiones, buscando equilibrar las condiciones para los viajeros tanto europeos como no europeos.
En una conferencia con periodistas en Bruselas, O’Leary exhortó a Ursula von der Leyen a ‘que reduzca los elevados impuestos medioambientales que gravan los viajes aéreos en Europa’ para sincronizar el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) con el sistema Corsia, implementado por la ONU y que, según él, favorece más a las aerolíneas y los consumidores.
‘Esta estafa a los ciudadanos europeos, al eximir a los visitantes no europeos, es indefendible y debe reformarse urgentemente. Hay que armonizar el RCDE con Corsia y, al menos, todos los pasajeros europeos y no europeos pagarán la misma tasa de impuestos medioambientales, y todos operaremos en igualdad de condiciones’, declaró el ejecutivo irlandés.
‘Si Von der Leyen no va a llevar a cabo una reforma, debería dimitir, apartarse, y dejar paso a alguien competente’, agregó O’Leary en su estilo provocativo habitual.
O’Leary también anunció que premiará con nuevas rutas a los países como Albania, Hungría y Suecia, que reduzcan estos impuestos, mientras que sancionará a aquellos como Bélgica que los han incrementado ‘de forma estúpida’ en un 150%, elevándolos a 5 euros por pasajero.
‘Esto hace que el turismo en Bélgica sea aún menos competitivo que en otros Estados de la UE’, lamentó, acusando al gobierno belga de ‘perjudicar su propio crecimiento’ al reducir el tráfico de Ryanair desde el aeropuerto de Bruselas (Zaventem) en un 6% este invierno.
Además, O’Leary pidió a la Comisión Europea una ‘reforma urgente’ del ‘deficiente’ servicio de control del tráfico aéreo europeo y exigió que los proveedores de servicios de navegación aérea estén completamente operativos para la primera oleada de despegues diarios, a fin de asegurar la operatividad durante las huelgas nacionales.
Recordó que solo en julio, más de 600 vuelos de Ryanair fueron cancelados, afectando a más de 100.000 pasajeros, principalmente debido a dos días de huelga de los controladores franceses (el 3 y el 4 de julio) y al ‘fracaso’ de la Comisión Europea para proteger el servicio adecuadamente.
Según O’Leary, esto requiere de ‘dos reformas sencillas’, por un lado, asegurar que los centros nacionales de control del tráfico aéreo cuenten con el personal completo para los vuelos matutinos iniciales, o que se les obligue a pagar las compensaciones estipuladas en la legislación europea a las aerolíneas y pasajeros, y proteger el servicio durante las huelgas nacionales de controladores aéreos, como ya hacen España, Italia y Grecia.
